ACEVEDO, Manuel Antonio de. Salta. 1770. Cursó
estudios en la Universidad de San Carlos y se graduó en Derecho. Fue rector y
catedrático de la Escuela de Filosofía en Salta. Se ordenó sacerdote, siendo
designado cura párroco en Belén en 1806 adhiriendo con entusiasmo a los
acontecimientos de mayo de 1810. Fue electo diputado por Catamarca al Congreso
de Tucumán y participó también en el proyecto de Constitución aprobada en 1819.
Falleció en Buenos Aires en 1825.
AGRELO, Pedro José (doctor). Buenos Aires 1776.
Cursó estudios en el afamado Colegio San Carlos y luego en la Universidad de
Chuquisaca, estudiando teología y abogacía. Fue redactor de la “Gaceta de Bs.
As.”, tarea que le encomendó el gobierno patrio en 1811 y que le valiera ser
identificado en la corriente de Mariano Moreno. Actuó como fiscal en la Cámara
de Buenos Aires y contribuyó a descubrir a los autores de la conspiración de
Martín de Alzaga. Integró el grupo de ciudadanos que fundaron la Sociedad
Patriótica y fue miembro de la Asamblea General Constituyente en 1813, como
diputado por la Provincia de Salta. Sus prédicas como diputado y periodista le
valieron persecuciones, destierros y atentados. Trabajó como docente en la Universidad
de Buenos Aires a partir de su creación en 1822, en las cátedras de Economía
Política y Derecho Natural y de Gentes. También como fiscal general, tocándole
actuar en el juicio contra el coronel Paulino Rojas. Fue separado del cargo por
el Gobernador Rosas, estableciéndose como tantos opositores en Montevideo.
Continuó con su profesión de abogado y también con su prédica antirosista.
Falleció en esa ciudad en el mayor estado de miseria e indiferencia en 1846.
AGUIRRE, José María (coronel). Santa Fe. 1783.
En 1810 se alistó en las fuerzas del General Belgrano en campaña al Paraguay.
Prosiguió luego su carrera de armas en el Ejército del Norte y en la expedición
libertadora a Chile. Su desempeño en territorio andino le permitió ser
condecorado y considerado “Heroico Defensor de la Nación” por el gobierno de
Chile. La campaña la continuó en el Perú con sumo éxito y a su regreso a Buenos Aires se incorporó al
Ejército de Operaciones en guerra con el Brasil. Su actuación en la batalla de
Ituzaingó le valió el ascenso a coronel. Falleció en Buenos Aires en 1847.
AGRACIADA. Localidad en las playas de la provincia de la Banda
Oriental, en la boca del arroyo Gutiérrez donde desembocaron Juan Lavalleja y
su expedición libertadora, Los 33 Orientales, el 19 de abril de 1825. En esta
localidad se enarboló la bandera tricolor compuesta de tres franjas
horizontales –azul, blanca y roja-, con el lema Libertad o Muerte y se
emprendió la campaña libertadora. El día 20 se inició el levantamiento de los
campesinos y el día 14 de junio se proclamó un gobierno provisional en la
Florida.
ALBARRACIN, Santiago (coronel). Nació en la
ciudad de San Juan, iniciándose en la carrera de armas el 8 de febrero de 1816
como soldado de artillería a las órdenes del Teniente Coronel Pedro Díaz en el
Ejército de los Andes. En la campaña al Alto Perú, sirvió a las órdenes del
entonces Coronel Paz y Coronel Urdinennea. En 1825 se incorporó con su
regimiento al ejército que en Colombia comandaba el Mariscal Sucre. De regreso
en Salta, se integró al Batallón de Cazadores que organizó en aquella ciudad el
Coronel José María Paz y marchó con el grado de capitán, a alistarse con sus
tropas al Ejército que se preparaba en Entre Ríos para la guerra con el Brasil.
Asistió a las batallas del Ombú y de Ituzaingó. En esta última, en ocasión de
enfrentar la línea de infantería imperial, su caballo cayó sobre él. Fue
ascendido y condecorado con el escudo y cordón de honor, conferidos por el
Congreso y el Gobierno de la República, a los vencedores de aquellas jornadas
memorables. Actuó también en los combates de Camacuá, Potreros del Padre
Filiberto y en la expedición al Yaguarón. Finalizada la guerra, sirvió a las
órdenes del General Paz en las guerras Civiles argentinas, donde obtuvo el
grado de coronel. Falleció el 20 de abril de 1869.
ALBERTI, Manuel (doctor). Buenos Aires. 1763.
Se ordenó sacerdote en 1783 y se graduó de Doctor en Cánones en la ciudad de
Córdoba, dos años después. En 1808 fue nombrado por el Obispo de Buenos Aires
para hacerse cargo del nuevo curato de San Benito de Palermo. En esta actividad
se encontraba cuando sucedieron los hechos de mayo de 1810, a cuya causa
contribuyó decididamente. En la jornada del 22 de mayo sumó su voto por el
alejamiento del mando del Virrey Cisneros. Integró la Primera Junta de Gobierno
en carácter de vocal y suscribió todas sus resoluciones, excepto la orden de
fusilamiento de Liniers, a lo cual se opuso. Se desempeñó como redactor de la
Gaceta de Buenos Aires y falleció repentinamente el 2 de febrero de 1811.
ALEGRE, Buena Ventura (coronel). Montevideo
1795. Empuña las armas en las luchas por la emancipación junto al caudillo José
Artigas. Después de la caída de la plaza de Montevideo, marchó para formar
parte en el Ejército del Norte, donde sirvió a las órdenes de Rondeau y
Belgrano. En 1816, pasó a desempeñarse
como ayudante de campo de San Martín en el Ejército de los Andes. Participó en
las batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú, lo que permitió su ascenso a
ayudante mayor. Actuó en la Campaña Libertadora del Perú y sirvió a las órdenes
de Simón Bolívar en Junín. Finalizada la guerra de independencia, es convocado
por el General Alvear para organizar, con el grado de Teniente Coronel, el
batallón N° 2 de Infantería de Cazadores. En la batalla de Ituzaingó rechazó con sus Cazadores
una carga de Lanceros alemanes del ejército brasileño, lo que le valió el
reconocimiento posterior de coronel. En oportunidad de retirarse a Maldonado a
visitar a su madre enferma, fue sorprendido por una partida enemiga y fusilado
en plena calle.
ALVEAR, Carlos Antonio José del Angel de la
Guarda (general). Tal era su verdadero nombre aunque fuera bautizado como Carlos Gabino del Santo Angel
y fuera más conocido como Carlos María. Nació en Santo Angel de la Guarda,
Misiones del Uruguay, el 25 de octubre de 1789. Fue su padre Don Diego de
Alvear y Ponce de León, brigadiera de la Real Armada. En Cádiz trabó relaciones
con el por entonces Teniente Coronel José de San Martín, que lo inició en los
secretos de la Logia Lautaro y en 1811 se trasladó a Londres, donde conoció al
ilustre venezolano Francisco Miranda, dirigente principal de los patriotas que
aspiraban a la emancipación de las colonias de América. Junto a Zapiola,
Chilavert, San Martín y el Barón de Holmberg entre otros, arribó a Bs.As. el 9
de marzo de 1812. Una de las primeras preocupaciones de los recién llegados fue
la organización de la Logia Lautaro en Bs. As.
Similar a la de los Caballeros Reales que funcionaba en Europa. Se
desempeñó como Sargento Mayor en el Regimiento de Granaderos a Caballo que
dirigiera San Martín y fue uno de los inspiradores del movimiento del 8 de
octubre de 1812. Triunfante la
revolución se destacó como uno de los promotores de convocar una Asamblea
Constituyente, que finalmente tuvo comienzo a partir de enero de 1813. En ella
ejerció la representación de la provincia de Corrientes y fue electo como su
primer presidente. La preponderancia que adquiría por entonces (contaba tan
solo 23 años) y su influencia personal en la reorganización de los poderes
públicos, sanción de leyes fundamentales, rechazo de los diputados de la Banda
Oriental en la Asamblea Constituyente y la dirección de las operaciones
militares, lo apartó definitivamente del General San Martín. Designado su tío,
Don Gervasio Posadas, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, el 31 de enero de 1814, logró Alvear el máximo apoyo en la preparación
de las fuerzas que alistaba para reforzar el sitio de Montevideo. En virtud de
ello el 23 de junio de ese mismo año, Alvear hizo su entrada triunfal a la
capital oriental, por lo cual fue promovido a Brigadier. El Directorio fiel
representante de los intereses porteños, ordenó a Alvear que eliminara todo
vestigio de resistencia del caudillo federal Artigas. Ello lo logrará
derrotando al jefe oriental en Mercedes, Yi, Minas y en el Alférez, obligando a
Artigas a retirarse a los potreros de Arerunguá. El 9 de enero de 1815
reemplazó en el cargo de Director Supremo a Posadas y debió enfrentar en el
corto período de su administración, las hostilidades contra su autoridad y
disciplinar al ejército. Ante esta situación, Alvear tomó la resolución de
dejar impagas a las tropas del Ejército del Norte que resistían su autoridad,
desorganizó la Logia Lautaro que ya no servía a sus planes, planeó, con poca
fortuna felizmente, malograr los esfuerzos de San Martín en la organización del
Ejército de los Andes y resolvió despojarlo del mando como Gobernador
Intendente de Cuyo. Estos episodios, que lo revelan como ambicioso en extremo,
se ensombrecen aún más con los graves actos de gobierno que se reflejan en
sendas notas fechadas el 25 de enero de 1815, dirigidas una al Ministro de
Negocios Extranjeros de la Gran Bretaña y la otra a Lord Stranford, ministro
inglés residente en Río de Janeiro, solicitando, en su carácter de Director
Supremo de las Provincias Unidas, el Protectorado Británico. Extractamos el
siguiente párrafo: “Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña,
recibir sus leyes, obedecer su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas
se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo
inglés, y estoy resuelto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los
males que la afligen”. Por suerte para todos, estas cartas jamás llegaron a
destino, merced a la iniciativa de Bernardino Rivadavia, quien recibiera las
mismas en Río de Janeiro y, conociendo su contenido, resolviera no entregarlas.
Estas se mantuvieron cerradas y lacradas hasta 1842, en que se hicieron
públicas. Pero los desaciertos de Alvear continuaron y el 30 de marzo de 1815
declaró delincuente al General Artigas que había desconocido su autoridad. Ello
dio inicio a la rebelión del caudillo oriental, que atravesó el Paraná en
búsqueda de Bs.As. Alvear envió tropas a su encuentro, al mando de Ignacio
Alvarez Thomas y Eusebio Valdenegro, los cuales al llegar a Fontezuelas (pcia.
De Bs.As.) se sublevaron el 3 de abril, desconociendo también la autoridad de
Alvear. Este motín repercutió en todos los cuerpos del ejército y el día 15 de
abril de ese año 1815, estalló el movimiento que derribó al Director Supremo,
nombrando en su reemplazo al Gral. Rondeau. El derrotado Alvear huyó en un
buque inglés y solicitó protección en Brasil al monarca lusitano. De regreso,
pocos años después, se alía con Estanislao López y Francisco Ramírez en su
lucha contra Buenos Aires. Participará en la Batalla de Cepeda –el 1° de
febrero de 1820- en la que sus fuerzas fueron derrotadas por el General
Rondeau. Sin embargo como consecuencia de la victoria del caudillo santafecino
Estanislao López sobre Soler en Cañada de la Cruz el 28 de junio de ese año,
Alvear fue designado por su aliado como gobernador de Buenos Aires, lo que fue
desconocido por el Cabildo de Buenos Aires.
Finalmente el Coronel Dorrego vencerá a Alvear
y sus fuerzas de apoyo comandadas por el chileno José Miguel Carrera, en San
Nicolás el 2 de agosto de 1820.
Durante la gestión presidencial de Bernardino
Rivadavia fue nombrado ministro de Guerra y Marina y el 14 de agosto de 1826
fue designado jefe del Ejército Republicano de Operaciones en Brasil, en
reemplazo del General Martín Rodríguez.
Reorganizado el ejército, el 26 de diciembre
abandona el campamento de Arroyo Grande para abrir la campaña, procurando que
las acciones de guerra sucedan en territorio enemigo. Precedido por los
triunfos de Mansilla en Ombú y de Lavalle en Bacacay, el 20 de febrero de 1827
obtiene una resonante victoria en Ituzaingó sobre las fuerzas imperiales.
Sin embargo, la victoria se privó de ser total
por la decisión del comandante Alvear, de no perseguir a las tropas enemigas en
retirada, pretextando el cansancio de los caballos. Tal resolución fue
cuestionada por los más altos oficiales a su cargo, lo que llevó al extremo de
que algunos de ellos pensasen en un movimiento para destituirlo de la
comandancia del Ejército Republicano.
El 25 de mayo de ese año 1827, el General José
María Paz era nombrado Jefe del Estado Mayor General y Alvear regresaba a
Buenos Aires, alejándose dos meses después definitivamente del ejército
patriota.
Designado el Coronel Manuel Dorrego Gobernador
y Capitán General de la Provincia de Buenos aires presentó al constituirse la
Legislatura el 14 de septiembre, un mensaje que contenía numerosos cargos
contra el desarrollo de las operaciones militares. El General Alvear contestó
las imputaciones en su “Exposición”, en el cual no dejó de cuestionar a algunos
de sus subordinados.
Elevado el General Lavalle a la suprema
magistratura de la provincia, luego de los episodios que acabaron con el
asesinato del Gobernador Dorrego, Alvear ocupó el cargo de Ministro de Guerra y
Marina nuevamente. En mayo de 1838, el Gobernador Rosas para alejarlo de Buenos
Aires, lo designó Ministro Plenipotenciario en los Estados Unidos.
Fallece en Nueva York el 2 de noviembre de 1853
y sus restos trasladados a Buenos Aires en julio de 1854, merced al viaje que
realizara el Almirante Guillermo Brown, no obstante contar con 77 años.
AQUINO, Pedro León (coronel). Buenos Aires,
1811. Se alistó en las filas unitarias, sirviendo en las tropas que en el
interior comandaba el general Paz. Actuó frente al caudillo Facundo Quiroga en
los combates de La Tablada y Oncativo.
Luego con Lavalle participó de la campaña en el
norte argentino, siendo herido gravemente en Yeruá. Se encontró en las acciones
de Quebracho Herrado y Faimaillá donde el jefe unitario fue definitivamente
vencido, tocándole a Aquino conducir los restos del veterano militar a la
Catedral de Potosí.
Se radicó en Chile y volvió a Buenos Aires en
1851 con motivo del pronunciamiento de Urquiza contra Rosas. Incorporado al
Ejército Aliado, se le asignó comandar una de las divisiones la cual el 10 de
enero de 1852 se sublevó y dio muerte al Coronel Aquino, huyendo luego hacia
Luján donde se incorporaron a las fuerzas de Rosas.
ARENGREEN, Juan (coronel). Nació en Alemania
donde recibió instrucción militar. Se radicó en Chile y revistó en el ejército
de aquel país hasta 1826, en que pidió permiso a su gobierno para integrarse al
Ejército Argentino en guerra con el Brasil, del cual participó con todo éxito.
Finalizada la guerra, prosiguió su actividad
militar junto al general Paz en el interior del país y en la batalla de la
Ciudadela de Tucumán, el 4 de noviembre de 1831, al servicio del general
Lamadrid, halló la muerte en el campo de batalla.
ARRIOLA, José Nicolás (teniente coronel).
Corrientes, 1793. Actuó en la expedición al Paraguay con el general Belgrano,
en el sitio de Montevideo y en la expedición libertadora a Chile. Actuó en
todas sus acciones de armas recibiendo el reconocimiento como “Defensor heroico
de la Nación”.
Luego actuó como tantos otros soldados
argentinos en la campaña al Perú junto al general San Martín y con motivo de la
guerra con el Brasil, fue destinado por el general Alvear para que se pusiese a
las órdenes del gobernador de Corrientes. En su provincia natal organizó las
tropas que luego cruzaron el río Uruguay y se sumaron al Ejército Republicano.
Falleció tempranamente en 1835 en su ciudad de Corrientes.
ARTIGAS, José Gervasio de (general). Nació en
la pequeña localidad de Sauce, próxima a Montevideo en 1764. En 1797 entró como
soldado en el “Cuerpo Veterano de Blandengues de la frontera de Montevideo”
realizando numerosas campañas contra el indio, el contrabando y las incursiones
portuguesas en territorio de la provincia de la Banda Oriental.
Combate a los ingleses con motivo de las
invasiones al Río de la Plata en 1806 y 1807, tanto en Buenos Aires como en
Montevideo.
Con motivo de la revolución de Mayo, viajó
nuevamente a Buenos Aires –febrero de 1811- poniéndose a las órdenes del
gobierno patrio. Se le asignó de inmediato comandar la campaña a la Banda
Oriental, logrando el triunfo en Las Piedras y el asedio de la plaza de
Montevideo.
Sin embargo, con motivo del tratado de Paz
firmado entre el gobierno portugués y el Triunvirato por el cual ambas tropas
debían retirarse de la Banda Oriental, la oposición de Artigas irá
acrecentándose hasta convertirse en abierto enfrentamiento contra las
autoridades porteñas.
Restablecida la autoridad en la Banda Oriental,
Artigas convocó a una Asamblea que eligió a los diputados que representarían a
su provincia en la Asamblea Nacional Constituyente del año 1813.
El rechazo de la representación oriental, llevó
a un enfrentamiento irreversible, declarando el Director Posadas, delincuente a
Artigas y ofreciendo una recompensa por su captura vivo o muerto.
En junio de 1816 se tuvo noticia en Montevideo
de una nueva invasión portuguesa –La resistencia organizada por el caudillo oriental,
indiferente a las autoridades porteñas que desconfiaban más de los proyectos
federales artiguistas que de la presencia portuguesa, fue sucesivamente vencido
por una fuerza notoriamente superior.
La guerra prosiguió hasta 1819 y la nueva
situación creada por la firma del pacto de Pilar, colocó a los caudillos López
y Ramírez en situación de supremacía, y contribuyó a deteriorar las relaciones
de liderazgo que Artigas ejercía sobre los jefes políticos y militares del
litoral argentino que encabezaban la lucha contra el poder central de Buenos
Aires.
El enfrentamiento entre Ramírez y Artigas no se
hizo esperar y finalmente luego de varios choques, el entrerriano logró vencer
definitivamente a su antiguo jefe y protector, que en una desordenada retirada
logró asilo en el Paraguay de Rodríguez de Francia. En 1850 falleció a la edad
de 86 años, pasando sus años de exilio en el más absoluto de los ostracismos.
ASCASUBI, Hilario (coronel). Fraile Muerto,
provincia de Córdoba 1807. Su padre de igual nombre se trasladó en 1824 a la
ciudad de Salto donde instaló la imprenta que había sido de los Niños
Expósitos. Resultó ello de gran influencia en la vocación literaria de su hijo
que con motivo del triunfo de Ayacucho, compuso sus primeros versos. En 1826 se
alistó en las tropas que desde Salta marcharon a Buenos Aires para actuar en la
guerra con el Brasil.
Combatió al servicio de la provincia de
Catamarca gobernada por entonces por el Coronel Manuel Antonio Gutiérrez,
contra las tropas de Facundo Quiroga que asolaban el lugar.
Derrocado Dorrego del cual era opositor,
participó junto a Lavalle en la lucha contra los caudillos federales. Vencido
el general unitario, emigró a la Banda Oriental junto a él.
Con motivo de la campaña para sublevar la
provincia de Entre Ríos en 1830, cae prisionero permaneciendo recluido algo más
de un año. En tal ocasión comenzó a componer sus primeros versos gauchescos,
que luego le dieron tanta popularidad.
Prosiguió junto a Lavalle su lucha sin cuartel
frente a Rosas, para la cual no dudó en ofrendar toda su fortuna personal y en
Caseros, ya como Teniente Coronel, asistió al general Urquiza como su ayudante
de campo.
En su obra poética abordó, con un lenguaje
gauchesco, las costumbres populares y numerosos episodios de las luchas que por
entonces enfrentaban a la joven sociedad nacional. Fue autor de títulos tales
como “Santos Vega o los mellizos de la Flor”, “Aniceto el Gallo, “Paulino
Lucero”, “La Encantada”, “La Tartamuda” y “Los misterios del Paraná”.
Falleció en Buenos Aires el 17 de noviembre de
1875.
BACACAY (combate). Esta batalla contra las
fuerzas brasileñas tuvo lugar el 13 de febrero de 1827 junto al río del cual
toma su nombre. En ella una división de caballería argentina al mando del Gral.
Juan Lavalle derrotó a una columna brasileña, tomando gran número de carretas
entre las que se encontraba una que transportaba las banderas imperiales que
hoy se encuentran en el Museo Histórico Nacional.
BARCALA, Lorenzo (coronel). Mendoza 1795. Hijo
de padres esclavos africanos que servían en la casa del escribano español
Cristóbal Barcala, del cual recibiera el apellido.
El memorable decreto de la Asamblea
Constituyente expedido en 1813, lo convirtió en hombre libre y de inmediato se
incorporó como soldado en el cuartel de Cívicos-Pardos de Mendoza.
Tiempo después, en 1815, se incorporaba con el
grado de capitán, al batallón de Granaderos, compuestos por pardos y morenos.
Participó en la guerra con el Brasil con el grado de 2do. Del Batallón 4to. de
Milicia Activa de Infantería, al mando del Coronel Thompson. En esas
circunstancias cayó prisionero de las fuerzas imperiales.
Una vez terminada la guerra, como tantos
oficiales participó a las órdenes del General Paz en los diversos
enfrentamientos entre connacionales, que caracterizaron aquellos años.
Con el grado de coronel participó, requerido
por Rosas en la expedición al Desierto y de regreso a su provincia natal fue
condenado a muerte, acusado de conspiración por orden del Gobernador Pedro
Molina y fusilado en la plaza principal, un 1° de agosto de 1835.
BELTRÁN, Luis (fray). Buenos Aires, 1784. A los
16 años ingresó al Convento de San Francisco y en 1811 pasó a Chile donde fue
Capellán del Ejército.
Se destacó en reparar material bélico lo que le
permitió obtener el grado de Teniente de Artillería. Atravesó la Cordillera a
pie y se incorporó en Mendoza al Ejército de los Andes como Capellán,
asignándosele por sus dotes excepcionales la responsabilidad del montaje del
parque y maestranza del Ejército, haciendo del Plumerillo un taller gigantesco
donde 700 hombres a sus órdenes dotaron al ejército patriota de armamentos,
balas y transportes.
Su labor continuó en la Campaña del Perú y en
la Guerra del Brasilñ. Murió en Buenos Aires a los 40 años de esdad y se lo
llamó el Arquímedes y Vulcano del ejército.
BESARES, Manuel (teniente coronel). La Banda,
provincia de Santiago del Estero, fines del siglo XVIII, inició su carrera
militar como subteniente en el Regimiento 2 de Infantería en noviembre de 1813,
cuerpo perteneciente al Ejército del Alto Perú.
Junto a Rondeau actuó en las campañas de las
provincias del Alto Perú, lo que le permitió varios ascensos. Al estallar la
guerra con el Brasil, fue reincorporado al servicio activo por decreto del
Poder Ejecutivo Nacional, nombrándoselo Comandante del Escuadrón del Regimiento
2 de Caballería, el cual se reorganizó sobre la base del Batallón de Cazadores
de Salta que dirigía el Coronel José María Paz.
Participó de la campaña del Ejército
Republicano desde abril de 1826 hasta febrero de 1827, hallándose el 20 de ese
mes en la gloriosa Batalla de Ituzaingó, donde encontró la muerte, al impactar
sobre su cabeza, un rebote de la metralla enemiga, mientras se batía al frente
de su escuadrón.
BRANDSEN, Federico (coronel). Nació en París el
28 de noviembre de 1785 y se llamaba Carlos Luis Federico. Se incorporó a la
carrera de armas, deslumbrado por las glorias del Imperio Napoleónico.
Participó en diversas batallas en la campaña de Alemania, lo que le valió el
ascenso a teniente y ser condecorado por el Emperador Napoleón, con la Real
Orden Italiana de la Corona de Hierro y recibió la medalla de Bronce de Santa
Elena en 1821.
Después de la caída definitiva de Napoleón,
conoció en París a Bernardino Rivadavia quien realizaba gestiones diplomáticas
ante gobiernos europeos, invitándolo a prestar servicios militares en las
Provincias Unidas.
Llegó a Buenos Aires en 1817, siendo asignado
como Capitán de Caballería por orden del Director Pueyrredón, prestando
servicios en el Ejército de los Andes junto al Gral. San Martín. Participó en los
combates de Cancha Rayada, Maipú y en la expedición del Bío-Bío al mando del
General Antonio Balcarce.
Formó parte de la expedición libertadora al
Perú, de la ocupación de Lima y asistió a la declaración de la independencia
del Perú el 28 de julio de 1821.
Alcanzó el grado de Coronel y el diploma de la
Orden del Sol del Perú. En diciembre de 1826 fue designado por Alvear como jefe
de División del Ejército Nacional que se movilizaba al Brasil.
En la batalla de Ituzaingó, a la cabeza del
Regimiento 1° de Caballería, atacó a la infantería imperial resultando
mortalmente herido.
CAMACUÁ (combate de). Lugar del territorio
brasileño, donde las tropas argentinas derrotaron a los imperiales el 23 de
abril de 1827. El mariscal Barbacena al mando del ejército brasileño se había
parapetado en las Sierras de Camacuá, pero una maniobra de las tropas
republicanas lo obligaron a abandonar las posiciones y ser posteriormente
derrotados por las fuerzas de Alvear.
COLONIA (combate de). Ciudad y puerto de la
Banda Oriental en cuyas inmediaciones se libró el combate y sitio naval de las
fuerzas del Alte. Guillermo Brown, que obligaron a las naves brasileñas a
abandonar la isla Martín García, la cual habían empezado a fortificar,
controlando la ciudad de la Colonia durante el año 1826.
CONDARCO, Coronel Pedro Nolasco Alvarez de
(teniente). Tucumán 1800. Participó desde muy joven con el Ejército de los
Andes en la campaña Libertadora de Chile, asistiendo a la batalla de Chacabuco
por la cual fue promovido al cargo de Teniente.
Siempre junto al general San Martín participó
en la campaña al Perú, asistiendo a la
entrada a Lima y el sitio del Callao en
1821. Recibió la condecoración de “La Orden del Sol” con la cual se distinguió
a los héroes libertadores.
Prosiguió su campaña a las órdenes del general
Sucre y en Ayacucho con el general Bolívar.
Estando en Buenos Aires recibió la noticia de
la llegada desde Europa del General San Martín a bordo de la nave Chichester.
El Libertador, que se había distanciado de las luchas fratricidas que asolaban
el territorio argentino y que, persistiendo tan desgraciada situación, negose a
desembarcar, recibió la visita de Alvarez de Condarco y el coronel Manuel de
Olazábal. Los intentos de sus anteriores subalternos por persuadirlo de tal
actitud fueron infructuosas, partiendo el gran Capitán de los Andes hacia
Europa definitivamente.
Con posterioridad, sirvió militarmente a las
órdenes del gobernador Rosas, alcanzando el grado de Teniente Coronel. El 17 de
enero de 1835 fallece en Buenos Aires.
CORREA, Cirilo (general). Buenos Aires, fines
del siglo XVIII. En 1810 se incorporó al Regimiento de Patricios y sobre la
base de este cuerpo marchó al Alto Perú, haciendo toda la campaña en el norte
argentino hasta 1816. En ese año fue transferido al Ejército de los Andes y al
mando del general Las Heras combatió en Chacabuco, Gavilán, Cancha Rayada y
Maipú.
Prosiguió como el resto de los soldados
argentinos en Chile, la campaña libertadora al Perú, con el general San Martín.
Falleció en Lima en 1827. No participó en la guerra con el Brasil.
CORTINA, José María (coronel). Buenos Aires,
1794. Ingresó como soldado al ejército el 9 de julio de 1810. Participó con las
fuerzas que operaban en la Banda Oriental, en el sitio de Montevideo y en la
batalla del Cerrito, lo cual le valió ser promocionado y condecorado por su
protagonismo.
En 1815 formó parte del Ejército a las órdenes
de Viamonte, en la campaña contra Artigas en Santa Fe, siendo tomado
prisionero. En 1820 tomó parte en los enfrentamientos entre Buenos Aires y el
interior en el bando de Alvear, siendo tomado una vez más prisionero, esta vez
por Dorrego en San Nicolás.
Con motivo de la guerra con el Brasil, se
reincorporó al ejército, asignándosele
una misión secreta en territorio enemigo.
Participó con el regimiento de caballería en la
toma de San Gabriel y en el combate de Bacacay, a las órdenes del coronel
Zufriategui. Con el general Mansilla actuó en el combate del Ombú y en
Ituzaingó, al mando del coronel Brandsen.
Por estos hechos de armas, es ascendido a
sargento mayor, recibiendo los cordones y escudo de plata, con los cuales el
Congreso Argentino honra a los vencedores. El 23 de abril de 1827 en calidad de
comandante de escuadrón, participó en el combate de Camacuá.
Posteriormente participó a las órdenes de
Rosas, en la Campaña del Desierto y se plegó a la Revolución de los
Restauradores del 11 de octubre de 1833. Tiempo después le tocará actuar
meritoriamente en el Combate de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de
1845 y en las acciones de Quebracho a las órdenes de Mansilla en 1846, frente a
las fuerzas navales anglo-francesas.
Fue jefe de la guarnición de Frontera en San
Nicolás y junto a las fuerzas de Rosas, participó contra las tropas de Urquiza
en el combate de los Campos de Alvarez y en Caseros.
En 1868 fue incorporado a la Lista de guerreros
de la independencia y un año después falleció en Buenos Aires.
CHILAVER, Martiniano (coronel). 1801 Buenos
Aires. Estuvo vinculado estrechamente al general Alvear desde sus comienzos
como soldado, en 1820. Se recibió de ingeniero en 1824 y en diciembre de 1825,
con el grado de capitán, se reincorporó a la fuerza en vísperas de la Guerra
con el Brasil.
En la batalla de Ituzaingó participó en el
Regimiento de Artillería a las órdenes del coronel Tomás de Iriarte. En 1828
formó parte de las fuerzas que al mando de Fructuoso Rivera operaban contra los
imperiales en Misiones.
Simpatizó y participó con el motín que
encabezara Lavalle y que costara la vida al gobernador Dorrego, tocándole
conocer la derrota a manos de Rosas en el combate de los Campos de Alvarez
–también conocida como combate de Puente de Márquez-, el 26 de abril de 1829.
Desterrado a la Banda Oriental, se unió
nuevamente a Lavalle poniéndose a su servicio y actuando en las tareas
preparativas para la expedición contra Entre Ríos.
Los desatinos en los hechos de armas que
protagonizó junto a Lavalle lo llevaron a recluirse en Uruguay durante algunos
años, hasta que el enfrentamiento de Oribe contra Rivera lo devolvió a la
actividad militar junto a este último.
Su actividad militar proseguirá siempre junto a
Lavalle y Rivera, combatiendo los ejércitos del gobernador de Buenos Aires, don
Juan Manuel de Rosas. Estas relaciones solo se verán afectadas cuando la
República Argentina sufre la agresión naval de la alianza anglo francesa, que,
con base en Montevideo cuenta con la participación fervorosa de sus compañeros
de armas. Su sentido de la nacionalidad puede más, comprendiendo cuál debe ser
su puesto de lucha.
En 1846 acepta de Rosas el mando del cuerpo de
artillería en la guerra contra las potencias extranjeras.
Finalmente en la batalla de Caseros, luchó
junto a Rosas, al que durante tantos años había combatido, frente al Ejército
Grande de Urquiza y el Imperio del Brasil. Como resultado de la derrota de
Caseros, Urquiza lo mandó fusilar en Palermo, donde había sido recluido como
prisionero.
DEHEZA, Ramón Antonio (general). Córdoba 1791.
Participó del cuerpo Auxiliares de Chile que partiendo de Mendoza, atravesó la
cordillera al mando del por entonces sargento mayor Juan Gregorio Las Heras y
el coronel Marcos Balcarce. Esta fuerza integrará, poco tiempo después, el
ejército de los Andes al mando del general San Martín.
Participó valerosamente en toda la Campaña
Libertadora de Chile y luego fue destacado a la Campaña Libertadora del Perú,
desembarcando en septiembre de 1820 a las órdenes del general Arenales.
Su destacada actuación le permitió ser
ascendido un año después a Coronel y recibir la Orden del Sol, condecoración
con la cual fueron distinguidos los valerosos libertadores.
Retirado San Martín de la escena político-militar,
continuó su actividad militar en la guerra de la independencia, junto a los
generales Sucre y Bolívar. Con este último participó en la batalla de Ayacucho,
que puso fin a 14 años de lucha emancipadora.
A su regreso a Buenos Aires fue designado 2°
Jefe del Estado Mayor del Ejército Republicano en la guerra con el Brasil.
Participó en la batalla de Ituzaingó y luego en el combate de Camacuá. Por lo
cual recibió los honores que le fueron otorgados a los vencedores. Acompaña al
general Paz en su campaña al interior y en las acciones de La Tablada y
Oncativo, frente a Facundo Quiroga. Fue enviado por Paz a la provincia de
Santiago del Estero de la cual tomó posesión el 7 de septiembre de 1830 y luego
electo gobernador por la Legislatura local.
Con posterioridad participará, siempre junto al
general Paz en la campaña contra las fuerzas del gobernador Juan Manuel de
Rosas.
Participó el general Deheza en 17 de las
principales acciones de armas entre 1814 y 1827.
ECHENAGUCÍA, Mariano Salomé (coronel). Buenos
Aires 1807. Se incorporó al ejército en 1825 y un año después formó parte de la
4ta. Campaña del Batallón 1° con el cual participó en la guerra con el Brasil.
Fue ayudante de campo del general Mansilla y asistió a la batalla de Ituzaingó.
En abril actuó en una de las acciones navales, destacándose por su heroísmo lo
que le permitió ser promovido a capitán.
En 1835 fue dado de baja del servicio por
órdenes del gobernador Rosas por lo cual emigró a Montevideo y se sumó con el
general Paz a la “Legión Argentina contra el caudillo bonaerense”.
Con el pronunciamiento del general Urquiza,
Echenagucía se alistó en sus fuerzas y participó en la batalla de Caseros.
Prosiguió su carrera en guarniciones del
interior de la provincia, como la de Azul y en 1861 recibió la jefatura de las
fuerzas de la línea de frontera. Pocos días antes de fallecer en 1869 fue
designado Inspector de Fronteras de la Nación.
EREZCANO, Francisco de (coronel). Buenos Aires
1794. Se incorporó al Regimiento de Patricios en 1809, junto a Brown participó
con la escuadra naval en el sitio de Montevideo. Luego con Lord Cochrane
participó con la escuadra que bloqueaba los puertos del Pacífico y desde 1819
el Callao.
Después de haber hecho toda la campaña
libertadora en el Perú regresó a Buenos Aires en 1829 donde fue designado
Comandante del Departamento de Marina.
En 1845 junto al general Mansilla actuó con
heroísmo en la Vuelta de Obligado resistiendo el avance de los navíos
anglo-franceses.
No actuó en la guerra con el Brasil. Murió
demente en 1856 en el Hospital General de Hombres de Buenos Aires.
ESPEJO, Gerónimo (general). Mendoza, 1801. Con
el Ejército de los Andes al cual se incorporó a temprana edad, cruzó los Andes
y actuó junto a San Martín en la campaña libertadora. Luego con O Higgins hizo la
expedición al sur y en 1820 se embarcó rumbo al Perú, realizando con tantos
argentinos, la campaña libertadora.
En 1825 se sumó como ayudante del Estado Mayor
al Ejército de Observación en marcha hacia el Uruguay. Espejo ya con el grado
de general sirvió como secretario del general Martín Rodríguez, jefe del
Ejército. Luego reemplazado por el general Alvear, fue uno de sus cuatro
ayudantes, tocándole transmitir las órdenes del comandante a los otros jefes.
Finalizada la guerra actuó junto a Lavalle en
el Motin del 1° de diciembre de 1828 contra Dorrego, fue funcionario de su
gobierno y luchó en la batalla de Puente Márquez contra Rosas.
Prosiguió su campaña a favor de la causa
unitaria en el interior del país integrando las fuerzas que desde Córdoba, comandaba
José María Paz.
Luego de Caseros, sirvió durante varios años
profesionalmente en el arma, desempeñándose en diversas funciones. Falleció en
1889.
ESPORA, Tomás (coronel). Buenos Aires 1800.
Perdió sus padres tempranamente por lo cual se embarcó en la corbeta Halcón,
sirviendo junto al almirante Brown en la campaña del Pacífico, en las acciones
del Callao y Guayaquil.
Participó en la campaña libertadora del Perú y
en la guerra de Corso, efectuada por la armada argentina. De regreso a Buenos
Aires en 1825, actuó nuevamente con Brown en las acciones navales de la guerra
con el Brasil, comandando la Fragata 25 de mayo.
Actuó en el memorable combate de los Pozos el
11 de junio de 1826 y el 10 de julio en Quilmes donde resultó herido.
Prosiguió toda la campaña en la escuadra
nacional frente al enemigo imperial y luego cumpliendo funciones en la
capitanía del puerto. Fallece en 1835.
FERNANDEZ DE LA CRUZ, Francisco (general).
Buenos Aires 1781. Prestó sus primeros servicios con motivo de las invasiones
inglesas. Actuó tempranamente en el sitio de Montevideo y en el Ejército
Auxiliar del Perú junto a los generales Rondeau y Belgrano.
Sirvió en el gobierno del gobernador Martín
Rodríguez como ministro de Guerra y Marina, luego con el gobernador Las Heras y
en la presidencia de Rivadavia en la cartera de Relaciones Exteriores,
tocándole la responsabilidad de la diplomacia en ese período tan conflictivo.
Participó de la conspiración contra el
gobernador Dorrego que finalizó con el fusilamiento de éste. Colaboró con el
gobierno de Lavalle y a la caída del jefe unitario debió emigrar al Uruguay. En
su exilio se retiró a la vida privada, volviendo a Buenos Aires recién en 1835
cuando falleció.
FLORIDA. Ciudad de la provincia de la Banda Oriental,
donde el día 14 de junio de 1825 se proclamó el gobierno provisional del
coronel Juan Lavalleja al mando de la campaña libertadora contra el invasor
luso-brasileño.
El día 25 de agosto la Asamblea de la Florida
declaró a la Provincia Oriental unida a las demás del Río de la Plata.
Este pronunciamiento y la fervorosa adhesión
producida en la población de Buenos Aires, motivó al emperador Pedro I a
declarar la guerra pocos meses después a las Provincias Unidas.
HORTIGUERA, Rafael (coronel). Buenos Aires
1775. Se incorporó a la carrera de armas en 1790 en el cuerpo de Blandengues.
Participó en las acciones derivadas de las invasiones inglesas al Río de la
Plata en 1806 y 1807.
Cumplía funciones militares en la Banda
Oriental cuando viajó el 2 de febrero de 1811 a Buenos Aires junto a José
Artigas, presentándose a prestar servicios a las autoridades patriotas. Con tal
motivo, fue incorporado como teniente coronel en el Regimiento de Dragones.
Participó en el sitio de Montevideo bajo las
órdenes de Rondeau y protagonizó la Batalla del Cerrito. Posteriormente se
halla en la batalla de Cepeda el 1° de febrero de 1820 frente al ejército del
caudillo santafecino Estanislao López. Hacia fines de ese año acompañó al
general Martín Rodríguez en su campaña contra los indios y chilenos que, a las
órdenes de Carrera, saquearon el pueblo de Salto.
Quedó al mando de la guarnición durante 1822 y
1823.
Con motivo de la guerra con el Brasil fue
nuevamente convocado, incorporándose a las órdenes del general Martín Rodríguez
en enero de 1826 al Ejército Republicano.
Se desempeñó como primer ayudante del Estado
Mayor del Ejército Nacional en la batalla de Ituzaingó. Integró el Ejército del
Norte, que operaba en Misiones a las órdenes de Fructuoso Rivera hasta la
terminación de la guerra.
Su apoyo al gobierno de Juan Ramón Balcarce, en
1833, fue motivo para que se le diera de baja del servicio en noviembre de
1834. Falleció en Buenos Aires en 1838.
IRIARTE, Tomás de (brigadier general). Buenos
Aires 1794. Cursó sus estudios militares en la Real Academia de Segovia y
participó contra los ataques del Ejército Napoleónico a España. Alcanzó, hacia
fines de 1814, el grado de Teniente Coronel y cuatro condecoraciones del
gobierno español. Viajó a América junto al general La Serna y se estableció en
Perú a sus órdenes.
Pero poco tiempo le llevó a Iriarte definir sus
convicciones, como criollo y hombre de armas pasando a integrar el ejército
patriota. Fue recibido con beneplácito por Güemes en Jujuy y Belgrano en
Tucumán.
Participó en el ejército del Perú y en 1820
acompañó al general Alvear en los desgraciados ataques contra Buenos Aires.
Cayó prisionero por Dorrego en San Nicolás y fue desterrado junto a Alvear a
Montevideo. Estando en la Banda Oriental, funda una Sociedad Patriótica para
luchar contra la dominación portuguesa.
Acompañó al general Alvear en carácter de
secretario en la misión diplomática que realizara ante el gobierno de Estados
Unidos procurando reconocimiento y apoyo para la causa emancipadora. Conoció en
dicha oportunidad al presidente Monroe y al general Lafayette.
En octubre de 1826 fue promovido al cargo de
coronel del Regimiento de Artillería Ligera, incorporándose al Ejército de
Operaciones en guerra contra el Imperio del Brasil. Su destacada actuación en
la batalla de Ituzaingó le valió numerosos elogios, entre ellos el de su
superior y viejo compañero general Alvear.
De regreso del Brasil y ante el movimiento
sedicioso de Lavalle frente al gobernador Dorrego, Iriarte junto al coronel
Rolón tuvieron a su cargo la defensa de la fortaleza de Buenos Aires, pero el
triunfo de la revolución unitaria trajo como consecuencia para Iriarte ser
tomado como prisionero y acusado de conspiración.
En 1830 fue nombrado Comandante General de
Armas de Argillería y actuó contra el ejército del general Paz. En diciembre de
1831 fue propuesto por Rosas para ser designado con el grado de Coronel Mayor.
Iriarte formó parte, en febrero de 1833 del
Consejo de Guerra de Oficiales Generales que juzgó la conducta del teniente
coronel José María Pinedo. El mismo se desempeñó al mando de la goleta Sarandí
en las Malvinas, en circunstancias en que este territorio argentino fuera
ocupado por fuerzas inglesas.
Tomó partido por el bando de las Lomas Negras
junto a Balcarce en las elecciones del 16 de junio de 1833 y a sus órdenes
sirvió cuando estalló la revolución de los restauradores el 13 de octubre de
1833.
La caída del gobernador Balcarce como
consecuencia de este movimiento
significó para Iriarte la baja del ejército y el destierro a Montevideo.
En su exilio, colaboró con el general Lavalle
en la organización del Ejército Libertador contra Rosas y luego en el interior
en la campaña del general Paz.
Falleció en 1876 dejando numerosos tratados
sobre temas militares y sus memorias personales de gran valor histórico.
ITUZAINGÓ (batalla de). También denominada del
Paso del Rosario, tuvo lugar el 20 de febrero de 1827. Alvear escogió el nombre
de Ituzaingó para designar este hecho de armas por un arroyo del Río Santa
María que corre al costado del campo donde se desarrolló la batalla.
La cuenca del río, lugar donde se produjeron
los acontecimientos, estaba constituida por matorrales montículos y gran
cantidad de hormigueros que dificultaban los movimientos de la caballería.
A las 6 de la mañana de aquel histórico día,
las fuerzas republicanas e imperiales comenzaron con los tiroteos preliminares.
El general Alvear comandaba el ejército
patriota compuesto aproximadamente de 6800 efectivos. Secundaban a Alvear ese
día los generales Soler, Olazábal, Lavalle e Iriarte. Por su parte el ejército
imperial de 7700 hombres era comandado por el marqués de Barbacena.
La caballería enemiga fue tempranamente
dispersa por el fuego de la artillería patriota, dandio paso a un feroz
enfrentamiento entre la infantería brasileña y la caballería nacional. En una
de estas cargas, cercana ya al mediodía, muere con dos balazos en el pecho el
general Brandsen, cuando al frente de su 1° Regimiento se batía contra el
enemigo.
Escuadrones argentinos atacaron la retaguardia
de los imperiales en tanto Lavalle vencía con su regimiento el ala derecha del
ejército brasileño. Pronto se inició la retirada de los imperiales que huían
hacia el norte.
En una decisión muy discutida por algunos de
sus oficiales Alvear ordenó detener la persecución del enemigo por agotamiento
de las caballadas, privándose así de una victoria total que hubiera destruido
por completo las fuerzas de Barbacena.
Según los partes de guerra y las memorias de
oficiales como Iriarte y Paz, los imperiales dejaron en el campo de batalla
1200 muertos, cerca de 400 heridos, 800 prisioneros, gran cantidad de armas,
parque y municiones, equipos y una imprenta.
En tanto los republicanos tuvieron 147 muertos
y 256 heridos. Fueron capturadas varias banderas brasileñas que hoy se exhiben
en distintos museos y la partitura de una marcha compuesta por el mismo
emperador Pedro I, para que se ejecutara en ocasión de celebrar la victoria.
Pero como vemos, el resultado fue otro y esa marcha que conocemos como Marcha
de Ituzaingó, la ejecutaron desde entonces las bandas del Ejército Argentino.
Esa noche entre el fuego que ardía por los
matorrales y pastizales, se carbonizaron los cadáveres y armamentos que
quedaron en el campo de batalla, en tanto las “chinas” despojaban de todas las
pertenencias de valor a muertos y heridos.
La guerra de la independencia o la del Brasil
no estuvieron exentas de la rapiña, el robo y el reparto de botines como
cualquier otra guerra.
JUNCAL (combate de). El 8 de febrero de 1827
una escuadra brasileña al mando del comandante Mariath, divisaron la flota
argentina cerca de la isla llamada Juncal en las proximidades de la más
conocida Isla Martín García. A las tres de la tarde se inició el combate que se
prolongó varias horas, hasta que fuertes vientos separaron a los combatientes.
Entonces los buques enemigos se dirigieron a la
Isla Martín García donde los trabajos de fortificación aún no habían terminado.
El 9 de febrero el almirante Brown renovó el ataque sobre la tercera división
enemiga y luego de 3 horas de duro combate, logró derrotarlos completamente.
La dispersión de los brasileños fue total,
huyendo en distintas direcciones y siendo tomados numerosos prisioneros y
capturados varios buques.
LAGUNA, Julián (coronel mayor). Banda Oriental
1782. Participó en el glorioso Grito de Asencio el 28 de febrero de 1811,
oportunidad en que los orientales se pronunciaron en favor del movimiento
emancipador.
Estuvo en el Combate de las Piedras, el sitio
de Montevideo, las acciones del Cerrito, Tres Cruces y demás combates frente al
invasor luso-brasileño.
A pesar de ello, asistió el 17 de octubre de
1822 a la proclamación de Rivera en el Arroyo de la Virgen, por lo cual la
Banda Oriental se incorporó como Provincia Cisplatina al imperio del Brasil.
Pero la situación cambió sustancialmente con el
heroico desembarco de los 33 Orientales al mando de Lavalleja.
En la guerra de las Provincias Unidas con el
Brasil fue destacado en misiones de observación y asignado por el presidente
Rivadavia, como Coronel Mayor del ejército patriota.
Junto a Lavalleja se bate con bravura en la
batalla de Ituzaingó, continuando su
carrera militar a las órdenes de Rivera. Llegó a considerárselo como aspirante
a suceder a Rivera en la Presidencia del Uruguay, aunque ello se concretó en la
persona de Oribe.
Fallece en 1835 a la edad de 60 años,
considerándoselo uno de los más destacados hombres de armas del Uruguay.
LAS HERAS, Juan G. Gregorio (general). Buenos
Aires 1780. Hijo de una próspera familia porteña se dedicó tempranamente al
comercio. Inició su carrera de armas como miliciano en 1806 con motivo de las
invasiones inglesas y luego de la revolución de Mayo se desempeñó en el
regimiento de Patricios.
Desde 1813 actuó en Chile con el cuerpo de
Auxiliares Argentinos”, en ayuda del pueblo chileno contra los ejércitos
españoles y en 1815 se incorporó al Ejército de los Andes siendo cercano
colaborador del general San Martín. Fue uno de los destacados jefes del
Ejército Libertador, actuando en sus numerosas acciones. San Martín lo designa
por tomar parte en las fuerzas expedicionarias al Perú en calidad de Jefe del
Estado Mayor del Ejército Libertador, alcanzando en ese año de 1820 el grado de
General en Jefe.
Su desempeño fue a la par del Gran Capitán y
cuando éste decidió internarse en territorio peruano ante las desinteligencias
con Simón Bolívar en cuanto a la prosecución de la guerra, Las Heras también
regresó a Buenos Aires.
El 2 de abril de 1824 fue nombrado gobernador
de la provincia de Buenos Aires, siendo bajo la influencia decisiva de
Bernardino Rivadavia, recordado como una de las gestiones de gobierno y
administración más eficaces. En 1825 le tocó firmar el primer tratado con
España, una vez concluida la guerra de independencia y la declaración de guerra
frente al imperio del Brasil ante la ocupación de la provincia de la Banda
Oriental.
Las intrigas de sus aliados del bando unitario
y las aspiraciones de poder de Rivadavia, determinaron ante la inminencia de la
guerra, su reemplazo en el gobierno.
Continuó sirviendo en la carrera de armas hasta
los 52 años y en 1866 falleció en Santiago de Chile.
LAVALLE, Juan Galo de (general). Buenos Aires
1797. En 1812 se incorporó al regimiento de granaderos organizado por el
general San Martín. Participó en la campaña a la Banda Oriental, actuó en el
sitio de Montevideo y en las fuerzas que al mando del coronel Dorrego,
emprendieron la poca feliz campaña contra el caudillo oriental José Artigas.
Integró el Ejército de los Andes y participó en
la campaña libertadora de Chile y Perú. Adquirió enorme prestigio como guerrero
de la independencia y una destacada consideración de parte del Libertador San
Martín.
Luego de la caída de Lima, continuó prestando
servicios a la causa de la independencia, al mando del Regimiento de
Granaderos. Estuvo junto a Sucre en la batalla de Riobamba, triunfo que
permitió alcanzar la libertad definitiva de Ecuador.
Sin embargo las desinteligencias con Simón
Bolívar llevaron al por entonces coronel Lavalle al igual que otros oficiales
argentinos, a separarse del ejército y pedir su traslado a Buenos Aires.
En la guerra con el Brasil participó con su
Regimiento de Coaraceros, al cual se lo denominó 4° de Caballería. Estuvo en el
combate de Bacacay y en Ituzaingó.
A su regreso a Buenos Aires lideró la
conspiración unitaria contra el gobernador de la provincia de Buenos Aires,
Manuel Dorrego. Para ello, sublevó las fuerzas de la Fortaleza el 1° de
diciembre de 1828, el día 5 partió en búsqueda del gobernador derrocado,
dándole alcance en los campos de Navarro. En esa ocasión Lavalle con sus
tropas, que habían integrado el Ejército Republicano en la guerra contra el
Imperio del Brasil, bate a las fuerzas de Dorrego, a quien acompañaba Juan
Manuel de Rosas.
El día 13 de diciembre, Dorrego era fusilado
por orden de Lavalle instigado por sus compañeros unitarios. Este terrible
desacierto político desencadenó un largo período de guerra civil que avergüenza
y enluta un período fundamental de la historia argentina.
Los caudillos del interior, al mando de
Estanislao López y Juan Manuel de Rosas enarbolaron la causa federal y la lucha
contra Lavalle quien se organizaba en Buenos Aires. En tanto José María Paz se
preparaba militarmente en Córdoba.
El enfrentamiento no se hizo esperar y el 26 de
abril de 1829 las fuerzas de Lavalle chocaron en las inmediaciones de Puente
Márquez, con las tropas de Rosas apoyado por el caudillo santafecino López.
Resultado de este enfrentamiento, que terminó
con la derrota unitaria fue la firma, días después del Pacto de Cañuelas y la
Convención de Barracas. Por ellos se ponía fin a las hostilidades y se acordaba
un llamado a nuevas elecciones de autoridades en la provincia de Buenos Aires.
En 1831, Lavalle organiza la reacción contra el
gobernador Rosas. Pero un nuevo fracaso militar –esta vez en tierras
entrerrianas- y la caída como prisionero de su aliado, el general Paz, lo
obligaron a trasladarse a territorio oriental.
En el Uruguay, el panorama no era más
alentador. Junto a Rivera enfrenta las fuerzas de Lavalleja, quien con el apoyo
de Rosas, apuntalaban el poder del general Manuel Oribe.
La caída de este último cambió totalmente la
situación, permitiendo la agresión, desde Montevideo de la alianza
unitarios-anglo franceses.
En campaña por el norte argentino, perseguido
por el comandante de las fuerzas federales, el oriental Manuel Oribe encuentra
la muerte a manos de sus enemigos.
El 8 de octubre de 1841 fallece uno de los
personajes más controvertidos de la historia nacional. Prestigioso hombre de
armas, destacado en la guerra de la independencia como también en las guerras
fratricidas que, en territorio argentino y uruguayo, caracterizaron este
período.
LAVALLEJA, Juan Antonio (brigadier general).
Nació en julio de 1784 en las Minas de Maldonado. Inició su carrera de armas en
el combate de Las Piedras el 18 de mayo de 1811. Participó junto a Rivera y
Artigas en la lucha contra la invasión de las fuerzas del Reino de Portugal y
Brasil a la Banda Oriental.
El año 1821 lo sorprendió firmando en carácter
de 2° Jefe del Regimiento de Dragones, el acta de Aclamación y pronunciamiento
de incorporación de la provincia de la Banda Oriental al Reino del Portugal.
Sin embargo, poco tiempo después, su capacidad
de organización y sentido patriótico, posibilitaron la concreción de una de las
empresas libertadoras más heroicas. El desembarco de los 33 orientales, que
partiendo de la República Argentina, invadieron la provincia oriental el 19 de
abril de 1825.
Diez días después, el 29 de abril, se
entrevista con Rivera en Monzón, acordando con su antiguo rival el plan de
operaciones que llevarían a cabo.
El 3 de enero de 1826 por Ley del Congreso
General Constituyente de las Provincias Unidas, se le reconoce el grado de
Brigadier general. Participó junto al general Martín Rodríguez contra el Brasil
primero y luego con el general Alvear, en el ejército de operaciones en guerra
con el Brasil que avanzó sobre territorio imperial el 14 de enero de 1827.
Se batió en Ituzaingó y Camacuá. Sustituyó a
Alvear en el Mando del Ejército Republicano, cargo que luego delega en el
general José María Paz. Intervino al mando de las fuerzas que vencen a los
brasileros en Los Potreros del Padre Filiberto.
Terminada la guerra y declarada la
independencia del Estado Oriental, es designado 1° Jefe del Estado Mayor General.
Luego desempeñó el cargo de Ministro de Guerra y Marina y de Relaciones
Exteriores.
Los años siguientes lo verán involucrado en
enfrentamientos políticos internos frente al general y presidente Fructuoso
Rivera, que le costará ser eliminado de la lista de los “33”.
Junto a Oribe y con el apoyo del gobernador
Juan Manuel de Rosas, combate frente a las fuerzas de Rivera, a las cuales
vencen en septiembre de 1836, lo cual le permite ser restituido al ejército.
Con motivo del Movimiento Revolucionario del 25
de Septiembre de 1853 en el Uruguay, intervino en el triunviro que se hizo
cargo del gobierno, junto a sus connacionales Fructuoso Rivera y Venancio
Flores.
En estas circunstancias fallece repentinamente
el 22 de octubre de ese año.
LOS POZOS (combate de). El almirante brasileño
Rodrigo Pinto Guedes ordenó llevar un ataque decisivo contra la escuadra
argentina dirigida por Guillermo Brown.
Llegaba a Buenos Aires una poderosa formación
integrada por 31 barcos el día 10 de junio de 1826 y al día siguiente, domingo
11 de junio, el almirante Brown fondeaba sus barcos en el puerto de Buenos
Aires. Aquella parte del puerto se caracterizaba porque había muchos bancos
pequeños de poca profundidad, por lo que no es de extrañar que se los llamase
pozos.
La ventaja desde el punto militar y que supo
explorar el genio de Guillermo Brown es que resultaba inaccesible a buques de
gran calado. La escuadra argentina, formada por el buque 25 de Mayo, la barca
Congreso, los dos bergantines Independencia y República y seis cañoneras se
ubicaron en forma de media luna a escasa distancia de la rada de Buenos Aires,
desde donde el vecindario podía seguir el fantástico espectáculo.
Aproximadamente a las 2 de la tarde, los buques
brasileños se aproximaron y se inició la acción con cañonazos y tiros de
metralla de ambos lados envolviéndose en humo las embarcaciones por dos horas.
Cerca de las 4 de la tarde, los imperiales se
retiraron perseguidos por Brown y sus cañoneras. Tal vez el famoso Combate de
los Pozos, en el cual una flota tan poderosa como la brasileña resultó, una vez
que se disipó el humo, perseguida por una pequeña escuadrilla.
Los vecinos que presenciaron desde tan corta
distancia las acciones pasearon en andas por las calles de Buenos Aires al
almirante Brown, héroe de la jornada, quien demostró que la inferioridad en la
fuerza del combate se suple con la bravura de los hombres y el genio de sus
conductores.
LUCERO, José Cecilio Lucio (coronel). San Luis
1791. Provenía de una familia con antecedentes en la conquista y colonización
de América. Con las milicias puntanas se incorporó al Ejército de los Andes y
actuó en la campaña libertadora de Chile, a las órdenes del general Las Heras.
Actuó luego en la campaña al Perú siendo
promovido a teniente, continuando sus servicios junto a Bolívar en la batalla
de Junín y Ayacucho. Terminada la guerra de independencia, regresó a Buenos
Aires y se incorporó con el cuerpo de Caballería, al Ejército Republicano en
guerra con Brasil. Combatió en Ituzaingó, Camacuá, Yerbal y Potrero del Padre
Filiberto. Una vez concluida la guerra sirvió en las fuerzas unitarias del
general Paz en el interior de la República. Falleció en 1867 en su ciudad
natal.
MANSILLA, Lucio Norberto (general). Buenos
Aires 1792. Participó en la reconquista
de la ciudad ante la invasión inglesa en 1806 al mando del general Liniers, en
el socorro a la plaza de Montevideo y un año después en el combate de Los
Corrales de Miserere, donde fue vencido el ejército británico.
Se incorporó al célebre Regimiento de Patricios
y participó bajo las órdenes de José Artigas en las acciones frente al invasor
luso-brasileño en territorio oriental.
En 1814 con el grado de capitán marchó al
Plumerillo a incorporarse al Ejército de los Andes del general San Martín.
Asistió a la batalla de Chacabuco sirviendo a las órdenes del general Las
Heras.
En 1820 participó en los dramáticos sucesos que
derivaron en el enfrentamiento entre las autoridades porteñas y los caudillos
López y Ramírez. Sus servicios de intermediación entre ambos bandos merced al
prestigio logrado en sus años como hombre de armas, contribuyeron a alcanzar la
paz en este año de luchas y anarquía. Tal fueron los logros alcanzados mediante
el tratado de Pilar y luego el tratado del Cuadrilátero. Con el apoyo de
Estanislao López, venció al caudillo López Jordán en Entre Ríos. La Junta de
Representantes de Paraná reunida en Cabildo Abierto eligió a Mansilla para
ejercer el cargo de Gobernador de la provincia de Entre Ríos el 13 de febrero
de 1821 y por el término de tres años.
En gran medida, a Mansilla se debe el impulso
de la idea que la única forma de recuperar la provincia de la Banda Oriental en
largo litigio con el Brasil, era con una gran guerra de carácter nacional
contra el imperio.
Declarada la guerra, el presidente Rivadavia lo
nombró Comandante General de la Costa y Jefe de Estado Mayor del Ejército en
Operaciones
Mandó las tropas republicanas en el Combate de
Ombú el 15 de febrero de 1827 y en los campos de Ituzaingó cinco días después.
El 23 de abril se destacó nuevamente en el combate de Camacuá.
Una vez finalizada la guerra, se negó a
participar en las luchas internas que derivaron del Motín del 1° de diciembre
de 1828. Fue uno de los pocos oficiales argentinos que no comprometió el
prestigio y honores obtenidos en la guerra contra el extranjero, en una guerra
entre hermanos. A pesar de ser cuñado del gobernador Juan Manuel de Rosas,
negose a intervenir en los enfrentamientos entre unitarios y federales.
Formó parte de la legislatura de Buenos Aires
entre 1835 y 1844. Volvió a protagonizar hechos de armas, al comandar las
fuerzas argentinas que en San Pedro enfrentaron heroicamente a la escuadra
anglo-francesa. A pesar de que ese día las naves inglesas y francesas lograron
remontar el río Paraná, el valor y dignidad de las tropas nacionales en el
Combate de la Vuelta de Obligado, evocan con orgullo cada 20 de noviembre, como
aquel de 1845, la defensa de la Soberanía Nacional.
En 1852 combatió junto a Rosas en la batalla de
Caseros. Falleció afectado de fiebre amarilla en 1871, cuando esta terrible
enfermedad causó estragos en la población de Buenos Aires.
MARTÍNEZ, Juan Apóstol (teniente coronel).
Santa Fe 1783. Participó en las acciones que se desarrollaron con motivo de las invasiones inglesas en 1806
y 1807. En 1811 se incorporó a las fuerzas que se desempeñaban en la provincia
de la Banda Oriental a las órdenes de Artigas.
Estuvo en las batallas de Las Piedras, del
Cerrito y pasó con el grado de teniente 1° al Ejército de los Andes, en el
campamento del Plumerillo.
Participó heroicamente en las batallas de
Chacabuco, Curapaligüe, Cerrito del Gavilán, Talcahuano, Cancha Rayada y Maipú
entre 1817 y 1818.
Hizo la campaña libertadora al Perú en el
Regimiento de Granaderos a Caballo, lo que le valió su promoción a Teniente
Coronel.
Sus impedimentos físicos producto de heridas
sufridas en combate lo llevaron a desempeñarse en la escuadra comandada por el
almirante Guillermo Brown, asistiendo al combate de Los Pozos en el marco de la
guerra con el Brasil, el 12 de abril de 1828.
En los sucesos que se desencadenaron a partir
del Motín del 1° de diciembre de 1828, participó decididamente del lado de
Lavalle. Combatió en Navarro contra las fuerzas del gobernador Dorrego y el 26
de abril de 1829 en Puente Márquez contra Rosas.
Tras la derrota sufrida emigró junto a Lavalle
a la Banda Oriental, prosiguiendo desde el vecino país, las acciones
conspirativas frente al gobierno federal. Luego protagoniza junto a Alvear las
luchas internas contra Oribe.
En 1839 participó en la Revolución del Sur, en
la provincia de Buenos Aires. Este movimiento de algunos hacendados contra
Rosas también fracasó encontrando la
muerte finalmente en 1842, cuando cayendo prisionero de Oribe, fue mandado a
degollar por éste y su cabeza expuesta públicamente en una pica.
MEDINA, Anacleto (brigadier general). Misiones
1786.Sirvió en el cuerpo de Blandengues donde trabó amistad con Artigas. Sirvió
militarmente junto a los caudillos del litoral y en 1825 se incorporó al
Ejército Republicano en la Banda Oriental. Asistió a la toma de Bagé, Ombú e
Ituzaingó. En esta última batalla formó parte del ala comandada por Lavalleja,
luego luchó en los combates de Camacuá y Padre Filiberto. De regreso a Buenos
aires junto a Lavalle protagonizó el pronunciamiento contra el gobernador
Dorrego recibiendo la efectividad como coronel de Coraceros.
Siempre junto a Lavalle prosiguió la campaña
contra Rosas en el Uruguay y en la fracasada intentona de invasión de Entre
Ríos. Los años siguientes lo encuentran sirviendo a la orden de Fructuoso
Rivera, el presidente uruguayo Francisco Berro. Acompañó al general Timoteo
Aparicio en el movimiento revolucionario que encabezó en 1870. Murió en el
combate de los Manantiales, 17 de julio de 1871 en el cual el general Enrique
Castro derrotó a las fuerzas revolucionarias, cuando contaba 85 años.
MÉNDEZ, Juan Antonio (coronel). Nació en Buenos
Aires y en 1818 se lo encuentra sirviendo en la guardia de Luján. En los años
siguientes actuó en distintos puestos de frontera y en 1825 se incorporó al
Ejército de Observación en la Banda Oriental.
Actuó en el cuerpo de Caballería creado sobre
la base del escuadrón de Husares, que al mando del coronel Brandsen actuó en
los combates del Ombú e Ituzaingó. Luego luchó en Camacuá y Padre Filiberto.
Terminada la guerra regresó a Buenos Aires y actuó en la sublevación contra el
gobernador Dorrego. Estuvo en la batalla de Puente Márquez el 26 de abril de
1829 y en los años siguientes participó junto a Lavalle y Paz en las guerras
civiles en el interior del país.
MUÑIZ, Francisco Javier (doctor). Fue un hombre
de ciencia, nacido en San Isidro en 1795. Participó, casi siendo niño en la defensa de la ciudad de
Buenos Aires con motivo de la segunda invasión inglesa en 1807. En esa ocasión
resultó herido de bala, siendo tal vez este hecho lo que lo alejó de la carrera
de armas.
Estudió y se graduó en Medicina, sirviendo como
tal en la guarnición de Patagones hacia 1821.
En 1825 consta que tuvo que reconocer los
restos fósiles desenterrados en la Laguna de Chascomús de un Dyasipus Giganteus
y otros animales prehistóricos, realizó estudios de geografía y topografía de
la provincia de Buenos Aires.
El presidente Rivadavia le extendió el despacho
de Médico y Cirujano principal y de Profesor de Medicina y Cirugía del Hospital
del Ejército en 1826. Actuó en el cuerpo médico de la guerra con el Brasil,
asistiendo a la batalla de Ituzaingó y se desempeñó como presidente de la Facultad
de Medicina.
Con motivo de la batalla de Cepeda en 1859 que
enfrentó a las fuerzas de Buenos Aires con la Confederación, se desempeñó como
médico a cargo del Hospital del Ejército de Mitre, resultando gravemente
herido, por sus méritos recibió el cargo de Coronel.
Revistió con tal grado en la guerra contra el
Paraguay y falleció contagiado de fiebre amarilla cuando asistía a los enfermos
de la ciudad de Buenos Aires, en los aciagos días de 1871.
Poseía la Cruz de Caballero de la Orden Wasa,
otorgada por el rey de Suecia y la Medalla de Plata de Berzelius de la Sociedad
Médica de Suecia en 1860.
MURATURE, José (coronel). Génova, Italia, 1804.
Llegó a Buenos Aires en 1825 y con motivo de la guerra con el Brasil se
incorporó a la escuadra argentina a las órdenes del almirante Guillermo Brown.
Tuvo a su cargo el navío “Luisa” con el cual se
realizó tareas de reconocimiento de la escuadra enemiga. Participó el 11 de
junio de 1826 del combate de Los Pozos que años después los perpetuara en dos
cuadros de su autoría, denominados “La Mañana” y “Tarde del Once de Junio”.
Terminada la guerra, Murature se desempeñó en
la Marina Mercante y ayudando a numerosos perseguidos en el período rosista,
transportándolos a Montevideo en los buques que comandaba. Falleció en 1880 en
su casa de Buenos Aires.
OLAVARRÍA, José Valentín de (coronel). Salto,
provincia de Buenos Aires, 1801. Sirvió desde muy joven como cadete en el
Regimiento de Artillería. Pasó luego a integrar el Ejército de los Andes,
participando en las batallas de Chacabuco y Talcahuano.
Sorprendido en las acciones de Cancha Rayada,
tuvo desquite como el resto del ejército patriota en la decisiva batalla de
Maipú, siendo promovido con el grado de Capitán.
Prosiguió las operaciones en el sur de Chile,
que terminaron con la derrota definitiva de los realistas y luego integró la
expedición libertadora al Perú. El 6 de agosto de 1824 asistió a la batalla de
Junín y luego en Ayacucho bajo las órdenes de Bolívar.
Con motivo de los aprestos para la guerra con
el Brasil, fue designado para organizar el Regimiento N° 16 de Lanceros, el
cual comandó heroicamente en la batalla de Ituzaingó donde recibió una herida
de bala en la cara.
Protagonizó los episodios del 1° de diciembre
de 1828 contra el gobernador Dorrego, asistiendo a los combates de Navarro, Las
Palmitas y Puente Márquez, junto al general Lavalle.
Tras la derrota sufrida a manos de las fuerzas
federales de Rosas, emigró como tantos otros oficiales a la Banda Oriental.
No quedó exento de tomar partido en las luchas
fratricidas que encabezaron Rivera y Oribe en el hermano país del Uruguay y
luego otra vez junto a Lavalle, integra la expedición contra Rosas.
Fallece prematuramente en 1845.
OLAZÁBAL, Félix de (general). Buenos Aires,
1797. Provenía de una familia de sólida
fortuna y se incorporó como muchos jóvenes de la época a la carrera de armas,
con el propósito de sumarse a las campañas libertadoras. Actuó en el Ejército
Auxiliar del Alto Perú y luego junto al general San Martín, en el Ejército de
los Andes en territorio chileno. Se destacó en Chacabuco, Cancha Rayada y
Maipú.
Posteriormente prestó servicios en la campaña al
Perú y en Ecuador al mando del general Santa Cruz, asistiendo a la célebre
batalla de Pichincha.
Recibió innumerables distinciones por su
destacada actuación entre ellas la de “Libertador de Quito”, “Sol del Perú”,
“Benemérito de la patria en grado heroico”. En 1826, se incorporó al Ejército
de Observación que, al mando del general
Martín Rodríguez, acababa de cruzar el Río Uruguay en los preparativos para la
guerra contra el Brasil.
Comandó el Batallón de Cazadores en la batalla
de Ituzaingó y luego marchó con las fuerzas sitiadoras de Montevideo. Actuó en
la sublevación contra el gobernador Dorrego aunque se opuso tenazmente a la
decisión de fusilamiento de Lavalle. Pronto se alejó de sus filas,
incorporándose en el bando federal y enfrentando las fuerzas de Paz en Córdoba.
Con motivo de la revolución de los
restauradores en octubre de 1833, comandó fuerzas en defensa del gobernador
Balcarce. Tras la derrota sufrida, emigró a Montevideo donde falleció en 1841.
OMBÚ (combate de). Este enfrentamiento producido
el 16 de febrero de 1827 permitió un nuevo triunfo del Ejército Republicano al
mando de Lucio Mansilla que abrió camino a la batalla decisiva de Ituzaingó.
Con este nombre fue conocido años después el campamento que Lavalle instaló en
Corrientes en 1840 antes de su fallida Campaña Libertadora.
ORIBE, general Manuel (brigadier). Montevideo
1792. Participó en el sitio de Montevideo y en la campaña contra la agresión
portuguesa a la Banda Oriental.
Asistió a la batalla de Cepeda el 1° de febrero
de 1820 a las órdenes del general Juan Ramón Balcarce, integró el grupo de los
Treinta y Tres Orientales que, el 19 de abril de 1825, al mando de Lavalleja,
inició la campaña libertadora contra el invasor portugués. Se destacó por su
heroísmo en los combates de Sarandí y en el Cerro, alcanzando el grado de
Coronel de Caballería.
Más tarde, pero siempre junto a Lavalleja,
participó en la batalla de Ituzaingó y Camacuá.
De esta época, datan los enfrentamientos con
Fructuoso Rivera quien se había rebelado frente a la autoridad nacional.
En 1835 sucedió a éste en la presidencia del
nuevo Estado Oriental. Un año después Rivera, con el apoyo de agentes franceses
se levantó en armas contra Oribe en ejercicio de la primera magistratura. En
1838 Oribe resignó su cargo y se trasladó a Buenos Aires donde recibió el total
apoyo del gobernador Rosas quien lo reconoció como el presidente legal de la
República Oriental del Uruguay.
En diciembre de ese año, Rivera firma un
tratado de alianza con la provincia de Corrientes y declara la guerra contra el
gobernador de Buenos Aires. Oribe es enviado por Rosas, como jefe de las
fuerzas federales, a enfrentar las tropas enemigas en el litoral. El 28 de
noviembre de 1840 vence completamente al ejército libertador comandado por
Lavalle. El triunfo final llegará un año después en el combate de Famaillá, en
tierras tucumanas, huyendo Lavalle hacia Jujuy, donde días después halló su
muerte.
Volvió a su país y estableció en su cuartel
general la sede de su gobierno. El sitio de la ciudad de Montevideo, último
baluarte de Rivera, encontró eficaz resistencia en las defensas organizadas por
el general Paz, hasta alcanzar un armisticio en 1851. El mismo fue acordado por
Urquiza, que ya había invadido la Banda Oriental con su ejército grande y el
jefe oriental. Poco tiempo después, en 1857, fallece en la ciudad de
Montevideo.
Pacheco, Angel (general). Buenos Aires 1795. Se
incorporó al Regimiento de Patricios de Buenos Aires en 1811 y luego en 1812 al
Regimiento de Granaderos, participando como cadete en el célebre combate de San
Lorenzo en febrero de 1813.
En la campaña del Ejército del Norte sirvió a
las órdenes del coronel Dorrego, el general Fernández de la Cruz, el brigadier
Martín Rodríguez y el general José Rondeau.
Hacia 1816 marchó hacia Cuyo donde se sumó a
las fuerzas que San Martín preparaba para liberar Chile, campaña de la que
participó con todo éxito, siendo promovido por el mismo San Martín, a sargento
mayor efectivo.
El inicio de las acciones militares contra el
Brasil en 1827, le permitió retornar a las armas como 2° Jefe del Regimiento N°
3 de Caballería de Línea, también llamados Coraceros de Caballería. Más tarde
como jefe de este cuerpo participó en la Batalla de Ituzaingó el 20 de febrero,
debiendo reemplazar en el comando de la 1° División de Caballería de Línea, al
coronel Brandsen, muerto en el campo de batalla.
Estuvo luego en el Combate de Camacuá, en el
Yaguarón y en los potreros del Padre Filiberto o Casa Blanca.
El 15 de abril de 1828 se halló en el Combate
de Las Cañas a las órdenes del general Julián Laguna. Su desempeño le permitió
ser ascendido a coronel y una vez finalizada esta guerra, habiéndose producido
el motín contra Dorrego, se abstuvo de participar en él. Los años siguientes
encontraron a Pacheco al mando de expediciones contra el indio en territorio
bonaerense, sirviendo a las órdenes del caudillo santafecino Estanislao López,
combatiendo las fuerzas del general Paz y en 1811 junto a Rosas en la 1°
Campaña al Desierto. En esta campaña contra los aborígenes de la provincia, su
desempeño se caracterizó por contribuir con el carácter de exterminio que se le
dio.
El 6 de agosto de 1840 enfrentó a Lavalle en el
Combate de la Cañada de la Paja, en las cercanías de Puente Márquez, provocando
la dispersión de las fuerzas del jefe unitario y su repliegue hacia Merlo.
En 1852 luchó junto a Rosas nuevamente, en
ocasión de producirse la batalla de Caseros y el 11 de septiembre de ese año
participó de los hechos revolucionarios que llevaron a que Buenos Aires se
enfrentase a la Confederación Argentina. Fallece en su ciudad en 1869.
PARERA, Blas. Nació en Murcia de una familia
catalana en 1776 y llegó a Buenos Aires en 1797. Se desempeñó como organista en
la Catedral y en los templos de la Merced y San Ignacio. Fue director de
orquesta del Coliseo Provisional, único teatro de Buenos Aires, inaugurado en
1804.
Compuso la música de tonadillas, canciones y
después de 1810, varios himnos y marchas patrióticas con versos de Fray
Cayetano Rodríguez.
En 1813, la Asamblea Constituyente encargó se
compusiera una canción que cumpliera con las necesidades de un himno
patriótico. El 11 de mayo de ese año, Vicente López y Planes presentó su
composición poética que fue aprobada de inmediato. Parera compuso la música y
el 25 de mayo de 1813, en la Plaza de la Victoria, al pie de la Pirámide de
Mayo, los alumnos de la escuela de Rufino Sánchez entonaron por primera vez el
Himno Nacional, llamado por entonces Canción Patriótica.
En 1818 regresó a España donde se radicó para
siempre, desempeñándose como empleado del correo en el pueblo de Mataró.
Falleció en esa localidad a los 64 años, el 7 de enero de 1840.
PAZ, José María (brigader general). Córdoba
1791. Se incorporó al ejército en el Escuadrón de Húsares del Ejército Auxiliar
del Norte que, bajo el comando del general Belgrano, desarrollaba operaciones
en el norte argentino.
Le tocó participar en las batallas de Las
Piedras, Tucumán y Salta, por lo cual fue graduado como capitán de Regimiento
de Caballería del Perú y condecorado por el Triunvirato en 1813.
En 1815, en el Combate de Venta y Media,
resultó herido en su brazo derecho, el cual resultó inutilizado ganándose
posteriormente el apodo de Manco. Hacia 1824 estando en Salto, recibió la
misión del general Arenales de organizar un cuerpo de cazadores, partiendo en
diciembre de 1825 hacia Buenos Aires. Este cuerpo se convertiría con motivo de
la guerra con el Brasil, en la base del Regimiento 2 de Caballería, del cual
José María Paz se hacía cargo con el grado de coronel.
Su participación en esta guerra fue destacada
y, con motivo de la batalla de Ituzaingó, fue promovido a Coronel Mayor por el
presidente Rivadavia.
El 23 de abril participó en el Combate de
Camacuá y poco tiempo después quedará a cargo interinamente del Ejército
Republicano hasta fines de 1827, con motivo del retiro a Buenos Aires del
general Alvear y estando el jefe designado en su reemplazo, brigadier
Lavalleja, en la localidad de Durazno.
Derrocado el gobernador Dorrego, José María Paz
participó como Ministro de Guerra del gobierno transitorio que ejerció Lavalle.
Cuando el jefe unitario marchó al interior, con
el propósito de imponer la autoridad de los porteños sobre los caudillos
federales.
Paz se estableció en Cordoba y logró vencer a
Bustos en los campos de San Roque –Córdoba- y a Facundo Quiroga en la Tablada y
luego en Oncativo.
En agosto de 1830 creada la Liga Unitaria o
Liga del Interior, con la cual enfrentó a la Liga Federal encabezda por Rosas,
encolumnando la sociedad de entonces detrás de los grupos de poder que dividían
con sus luchas a la joven nación.
Entre 1831 y 1830 Paz permaneció prisionero de
los federales primero en Santa Fe, luego en Luján y finalmente en Buenos Aires.
Precisamente, durante su forzada residencia en Luján, escribió sus célebres
memorias.
Una vez en libertad se trasladó al Uruguay
donde participó junto al presidente Rivera en los intentos de desembarco en el
Litoral Argentino; los enfrentamientos con Oribe y la cruzada contra el
gobernador de Buenos Aires, don Juan Manuel de Rosas. Fallece en Buenos Aires
el 22 de octubre de 1854.
PINTO, Manuel Guillermo (brigadier general).
Buenos Aires 1783. Participó en las invasiones inglesas enrolándose en el
Cuerpo de Artillería. Se incorporó al Ejército auxiliar que a las órdenes de
Francisco Ortiz de Ocampo sofocó el movimiento sedicioso encabezado en Córdoba
por Liniers. Fue diputado en el Congreso General Constituyente de 1813 y en
1829 Inspector y Comandante General de Armas. Fue en 1852 tras la renuncia de
Vicente López, Gobernador provisorio de la Provincia. Falleció en Buenos Aires
en 1853.
PIRÁN, José María (general). Buenos Aires 1804.
Realizó su carrera de armas en el cuerpo de Artillería y con motivo de los
aprestos para la guerra con el Brasil, integró el Regimiento de Artillería
Ligera que formó el coronel Tomás de Iriarte.
Asistió a la batalla de Ituzaingó, siendo
destacada su labor conjuntamente con los capitanes Chilavert y Arengreen. Por
ello fueron condecorados con el escudo y cordón de honor acordados el 19 de
marzo por el Congreso General Constituyente y el gobierno central,
respectivamente.
Nuevamente con el capitán Chilavert y el
coronel Trolé marchó, con su escuadrón de artillería, a reforzar las posiciones
de Fructuoso Rivera en las Misiones Orientales.
Finalizada la guerra prosiguió junto al general
Lavalle, actuando en las fuerzas unitarias contra Rosas en las acciones de
Puente Márquez (26 de abril de 1829) y luego en la frustrada campaña en
territorio entererriano (febrero 1831).
Pasó al Uruguay sumándose al ejército en guerra
contra el presidente Oribe y, derrotado Rivera en la batalla de Arroyo Grande
(6 de diciembre de 1842), se desempeñó junto al general Paz en la defensa de
Montevideo.
Le tocó a Pirán en particular la defensa del
Cerro, enfrentando por su posesión, las fuerzas de Oribe, comandado por el
general Angel Pacheco, su anterior compañero de armas en Ituzaingó.
En 1851, vencido Oribe por Urquiza, se
incorporó al Ejército Aliado, comandando los escuadrones de Artillería en la
batalla de Caseros.
Más tarde se desempeñó como Ministro de Guerra
del gobierno del general Manuel Pinto, diputado y senador por Buenos Aires.
Falleció en su ciudad en 1871.
PRINGLES, Juan Pascual (coronel). San Luis 1795.
Se incorporó a las milicias de caballería de su provincia y en 1820 con el
grado de teniente se incorporó a la expedición libertadora del Perú. Hizo tan
formidable campaña en el regimiento de granaderos, inclusive participó en la
Batalla de Junín y Ayacucho, lo que le valió ser incorporado a la lista de
guerreros de la independencia.
Hacia fines de 1827 se incorporó al Ejército
Republicano en guerra con el Brasil, actuando en diversas expediciones.
Finalizada la guerra formó parte de las fuerzas que marcharon a Córdoba con el
general José María Paz, combatiendo en la Tablada y Oncativo contra el caudillo
riojano, Facundo Quiroga. A pesar de su bravura, el 18 de marzo de 1831 fue
alcanzado en El Morro por una partida del Tigre de los Llanos y asesinado con
un tiro en el pecho.
QUESADA, Juan Isidro (coronel). Buenos Aires
1802. A los 13 años ya integraba el Regimiento de Infantería que sitiaba
Montevideo. Marchó luego a integrar el Ejército Auxiliar del Norte a las
órdenes del general Rondeau.
En ocasión de la batalla de Sipe-Sipe, resultó
herido y tomado prisionero por los realistas hasta 1821, fecha en que fue
rescatado por el Ejército Libertador del Perú. A esta fuerza se incorporó y
realizó la campaña que concluyó con la rendición definitiva de los españoles,
por lo cual fue ascendido a Teniente y condecorado con la “Orden del Sol”.
Luchó en Bolivia bajo las órdenes de Sucre y en
Ayacucho con Bolívar. A su regreso a la Argentina, se incorporó al Ejército
Republicano en guerra con el Brasil. Participó en la batalla de Ituzaingó, lo
que le valió al igual que todos sus compañeros de armas, ser condecorado con el
cordón y escudo de honor, con los cuales el congreso argentino honró a los
vencedores. Posteriormente combatió en Camacuá y en los Potreros del Padre
Filiberto.
Ya finalizada la guerra, actuó en la revolución
de los restauradores, contra el gobierno de Balcarce en octubre de 1833.
En marzo de 1846 se batió contra las fuerzas
anglo-francesas que bloqueaban el puerto oriental de Maldonado y en 1852 se
alistó junto a Rosas en la batalla de Caseros. Tras la derrota, sirvió a las
órdenes de Urquiza en Cepeda y Pavón en 1859 y 1861 respectivamente.
Falleció en 1876 y su nombre integró la Lista
de guerreros de la independencia.
RIVADAVIA, Bernardino. Buenos Aires 1780. Se
educó en el Real Colegio de San Carlos y con motivo de la defensa de Buenos
Aires, ante la invasión inglesa participó como Teniente en el Tercio de
Galicia.
En 1809 se había casado con doña Juana del Pino
y Vera, hija de quien fuera Virrey Joaquín del Pino.
Participó en los sucesos de la Semana de Mayo,
votando el día 22 por el alejamiento del virrey Cisneros, aunque no ocupó
cargos en la Primera Junta ni en la Junta Grande.
Su actuación en el gobierno patrio llegó con el
cargo de secretario que ejerció durante el Primer Triunvirato formado por
Chiclana, Paso y Sarratea.
Durante la gestión del Segundo Triunvirato se
le encomendó junto a Manuel Belgrano, la misión diplomática ante las cortes
europeas tendientes a lograr el reconocimiento del gobierno revolucionario.
También se procuró evitar una expedición de reconquista de las colonias por
parte del Rey de España.
A su regreso en 1820 fue nombrado Ministro de
Relaciones Exteriores pro el gobernador Martín Rodríguez. A Rivadavia se deben
las innumerables reformas económicas, sociales y políticas introducidas en este
período.
Deslumbrado por los modelos de progreso de las
naciones en creciente expansión industrial, mostró preocupación en su país por
la instrucción pública, fundó escuelas e introdujo el sistema de cursos
Lancaster; creó la Universidad de Buenos Aires.
Promovió una Ley de Olvido por la Legislatura,
que amnistiara a todos los enjuiciados o desterrados por causas políticas,
propició la creación del Banco de Descuentos, del cual luego tuvo origen el
Banco de la Provincia de Buenos Aires, fundó la Bolsa de Comercio; impulsó
medidas tendientes a la separación de la iglesia del estado; suprimió los
cabildos, dando origen a los Juzgados de Paz. Promulgó la Ley Enfiteusis que
estableció el reparto de tierras públicas para cultivo, aunque el resultado
obtenido fue la consolidación de la propiedad de la tierra en poder de pocas
familias.
El 7 de febrero de 1826, Rivadavia ocupaba la
presidencia de la República Argentina, cargo introducido por vez primera en la
Constitución Unitaria de 1824, aunque con carácter interino hasta tanto un
Congreso Constituyente promulgase la Constitución de la Nación.
Su gestión de gobierno estuvo signada por la
situación conflictiva en la Banda Oriental, agredida permanentemente por el
invasor portugués.
Con motivo de la declaración de guerra del emperador
Pedro I del Brasil a las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 10 de
diciembre de 1825, el gobierno de Rivadavia respondió con rapidez y firmeza.
Declaró a su vez la guerra al Brasil el 1° de enero de 1826 e inició los
aprestos militares. Se procuró así desde Buenos Aires capitalizar esta
situación de guerra, para mejorar el descrédito de los gobernantes unitarios,
ampliando su base de popularidad y neutralizado el conflicto con los caudillos
del interior. Sin embargo, la respuesta del interior fue casi nula, retaceando
o negando el envío de tropas, debiendo la población de Buenos Aires
mayoritariamente costear los recursos económicos y humanos que significaban la
guerra.
Las enormes dificultades internas que debió
afrontar el gobierno porteño determinaron que, a pesar de los triunfos
militares obtenidos, la guerra no podía prolongarse. Resultaba vital acelerar
los tratados de paz, por lo cual se asigna al ministro Manuel García, la misión
diplomática ente el emperador Pedro I en Río de Janeiro.
Los resultados de la misma no podían resultar
más ignominiosas para la soberanía argentina. Mediante el tratado suscripto el
24 de mayo de 1827 las Provincias Unidas reconocían la independencia e
integridad de la provincia de la Banda Oriental, al Imperio de Brasi y
renunciaba “A todos los derechos que podía pretender al territorio de la
Provincia de Montevideo, llamada Cisplatina…”
La situación del presidente Reivadavia
resultaba insostenible acosado por dificultades económicas, agitación en el
interior y la rebeldía de los caudillos provinciales. Los cuestionamientos por
los términos del empréstito contraído en Londres ante la firma Baring Brothers,
los contratos de explotación minera en yacimientos del interior del país
acordados con inversores ingleses –una firma encabezada por el mismo Rivadavia.
En este marco llegó a Buenos Aires la noticia del tratado suscripto por Manuel
García el cual fue rechazado por decreto presidencial el día 25 del mes de
junio y por el Congreso.
La suerte de Rivadavia estaba echada,
renunciando el 27 de junio a su cargo y reemplazado por Vicente López. Era el
fin de la guerra y el triunfo de la diplomacia británica que obtenía un año
después, el 27 de agosto de 1828, con la firma en Río de Janeiro de la
Convención Preliminar, crear un nuevo estado independiente, la República
Oriental del Uruguay, reconocida por los gobiernos del Imperio del Brasil y de
las Provincias Unidas.
Los años siguientes para Rivadavia no
resultaron fáciles. Perseguido por La Mazorca de Rosas debió partir al
destierro, radicándose en Río de Janeiro y luego en Europa. Fallece en Cádiz el
2 de setiembre de 18454. En 1932 se erigió en su honor, el monumento que en
Plaza Once guarda sus restos.
RIVERA, Fructuoso (brigadier general).
Migueletes, próximo a Montevideo, 1788. Ingresó en 1811 a las fuerzas
revolucionarias en la Banda Oriental, sirviendo a las órdenes de Artigas. Actuó
en los combates de Las Piedras, Santo Tomé, Arroyo Seco, El Cerrito y en la
campaña frente al ejército lusitano.
A pesar de ello en 1821 le tocó ser uno de los
orientales que firmó el acta de incorporación de la Banda Oriental, como
provincia Cisplatina al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarbes.
Poco tiempo después se unió a la expedición
libertadora de Lavalleja y el 12 de octubre de 1825 comandó tropas en el
heroico combate de Sarandí.
A principios del año siguiente integró con el
general Martín Rodríguez, el ejército de observación en el Uruguay, misión
encomendada por el presidente Rivadavia.
Sus diferencias con Lavalleja provocan el
alejamiento de Rivera del ejército y su viaje a Buenos Aires. Con el apoyo de
Estanislao López, gobernador de Santa Fe inicia la reconquista de las Misiones
Orientales y en 1830, ya constituida la Banda Oriental en estado independiente,
es electo el 24 de octubre en su primer presidente constitucional.
Las luchas internas que caracterizaron la
política en las Provincias Unidas también se expresaban en el nuevo Estado
Oriental. En tanto, Manuel Oribe encabezaba los intereses del grupo federalista
de Buenos Aires, Rivera sería el principal aliado de los intereses unitarios y
su proyecto centralista.
Pero no solo Oribe, sucesor en la presidencia
debió enfrentar las sublevaciones de Rivera, sino que el gobernador Juan Manuel
de Rosas también fue víctima de la agresión unitaria que, en la figura de
Rivera, le declaró la guerra en 1839.
Montevideo fue, bajo el comando de Rivera y el
apoyo del general José María Paz, la base de operaciones de los exiliados
antirosistas y sustento de la alianza anglo-francesa para sus acciones contra
el gobierno argentino.
En 1853, Rivera es designado junto al general
Lavalleja y el coronel Venancio Flores, para integrar el Triunvirato que debía
reemplazar al destituido presidente Giró. Pero ello no alcanzó a concretarse
porque fallece el 13 de enero de 1854.
ROCA, José Segundo (coronel). Tucumán 1800. Se
incorporó a la compañía de Cazadores Cívicos en Tucumán y en 1820 se embarcó en
la expedición libertadora del Perú. Actuó en aquellos años con Güemes, Ramón
Deheza y Juan de Lavalle, quienes luego serían sus compañeros en la guerra con
el Brasil.
Continuó su carrera a las órdenes del general
Santa Cruz y Bolívar, actuando en Pichincha y Junín.
Terminada la guerra de la independencia, por la
cual recibió múltiples distinciones, fue convocado como ayudante de campo del
general Lucio Mansilla en el Ejército Republicano.
Tomó parte en el combate del Ombú, el 16 de
febrero de 1827 y cuatro días después en Ituzaingó, alcanzando por su desempeño
el grado de Teniente Coronel.
A su regreso a Buenos Aires luego de terminada
la guerra, se incorporó al bando de los unitarios en la guerra civil que
dividió a los argentinos. Junto a Lavalle combatió en Puente Márquez y con el
general Paz a los caudillos del interior, en especial al gobernador vitalicio
de Santiago del Estero, don Felipe Ibarra.
Durante dos décadas actuó en las distintas
provincias del norte argentino, hasta que la batalla de Caseros en 1852 fijó
una tregua en medio de tantas luchas fratricidas.
Con motivo de la guerra con el Paraguay, el
coronel Roca ya anciano, no dudó en incorporarse al ejército nacional
encontrando la muerte en estas circunstancias, al deteriorarse su salud en
marcha por territorio chaqueño el 8 de marzo de 1866.
José Segundo Roca fue padre de Julio Argentino
Roca, quien luego fuera Presidente de la Nación en dos períodos.
RODRÍGUEZ, Martín (brigadier general). Buenos
Aires 1771. Provenía de una acaudalada familia de Buenos Aires, con importantes
propiedades rurales. Se sumó a los vecinos que, al mando de Santiago de
Liniers, emprendieron la reconquista de Buenos Aires en 1806 y en 1807 ante la
invasión inglesa.
Apoyó decididamente la causa patriota en los
sucesos de la Semana de Mayo y se plegó al Regimiento de Húsares, unidad que
comandaba, contra el virrey Cisneros.
En abril de 1811 participó de los movimientos
que terminaron con el sector morenista en el gobierno patrio, formando parte de
los jefes militares del sector liderado por Saavedra.
Participó de las campañas al Alto Perú,
protagonizando sus victorias y sus numerosas derrotas, lo que le valió ser
procesado el 20 de octubre de 1815 por el desastre de Venta y Media.
En 1820 estuvo en Cepeda junto a Rondeau y
junto a Dorrego en la toma de San Nicolás y en las acciones de Pavón. El 28 de
septiembre de ese año fue electo gobernador interino de la provincia de Buenos
Aires. Con el apoyo de otros hacendados pudo terminar con los focos de
desobediencia del coronel Dorrego.
Contó en su gestión de gobierno con la
colaboración de Bernardino Rivadavia en el Ministerio de Gobierno y del doctor
Manuel José García en el Ministerio de Hacienda.
A su obra de gobierno se deben, entre otras
medidas, la supresión de los Cabildos y la creación de Juzgado y Policía; la
reforma del Clero; la fundación de la Universidad de Buenos Aires; la
organización de la Administración de Correos; fundación del Archivo General y
la Bolsa Mercantil; la Ley de Registros, creación de cementerios; se fundó la
Caja de Ahorros; se implementó la reforma militar y se crearon los Tribunales
Militares; de este período data la prohibición de corridas de toros; la
extensión de las fronteras contra el indio y más de mil leyes y decretos que
posibilitaron las reformas económicas, políticas y sociales para el desarrollo
de un naciente Estadio, acorde a las ideas liberales que impulsaban sectores
del comercio y el campo representados en el gobierno por hombres como Martín
Rodríguez y Rivadavia.
El mismo Rivadavia luego en el gobierno,
mediante las reformas impuestas por la Constitución Unitaria de 1824, con el
cargo de Presidente de la República, le encomendó a Rodríguez la formación de
un Ejército de Observación en las costas del Uruguay, como paso previo a las
acciones militares que luego tendrían ocasión contra el Brasil. Ejerció la
comandancia del Ejército Republicano hasta que fue reemplazado por el general
Alvear, en septiembre de 1826.
Participó de las acciones de Lavalle que
terminaron con el gobierno y la vida de Manuel Dorrego. Tiempo después, con el
ascenso de Rosas al poder, debió emigrar a Montevideo.
Procuró colaborar con la campaña del general
José María Paz contra Rosas, aunque sus complicaciones de salud lo devolvieron
a la ciudad de Montevideo, donde encontró la muerte el 5 de marzo de 1845.
ROJAS, Paulino (coronel). Córdoba 1796. Ingresó
al Regimiento de Granaderos a Caballo en 1814 y participó del sitio a la ciudad
de Montevideo, luego se dirigió a Mendoza para sumarse al Ejército de los
Andes. En la campaña de Chile, participó en la batalla de Chacabuco,
Curapaligüe, Gavilán y Talcahuano, alcanzando por su desempeño el grado de
Teniente. Asistió luego a las acciones de Cancha Rayada y Maipú y en 1820
partió hacia el Perú, protagonizando aquellas jornadas memorables, obteniendo
del general San Martín la Orden del Sol.
En 1824 asistió a las últimas campañas de
Bolívar en Junín, Matará y Ayacucho. En 1826 estando ya en Buenos Aires marchó
junto al general Martín Rodríguez a
organizar las fuerzas que se alistaban para la guerra con el Brasil.
Participó en la batalla de Ituzaingó, aunque el
21 de marzo de 1827 se le concedió la separación del ejército debido a
enfermedades que le aquejaban.
Revistó luego en diversos cargos, como la
comandancia militar de Patagones, la de la Isla Martín García y de Bahía
Blanca.
Estando en esta última guarnición fallece su
esposa, siendo acusado Paulino Rojas de homicidio. En carácter de arrestado, es
trasladado a Buenos Aires y condenado a muerte. Sin embargo la habilidad en la
defensa de la causa de parte de su abogado don Valentín Alsina, permitió que la
pena fuera atenuada por la de 8 años de destierro y que finalmente fuera
exonerado en virtud de los servicios prestados como militar en la guerra de la
independencia.
El 16 de abril de 1835 Rojas ordenó la baja del
coronel Rojas, su prisión y condena a muerte acusándolo de ser “un anarquista
funesto al orden público, un hombre degradado por delitos sanguinarios, un
delincuente muy avanzado ya en la carrera del crimen”.
Sus enfrentamientos de años anteriores contra
Rosas lo llevaron a ser ejecutado en la madrugada del 29 de abril en el cuartel
del Retiro y su cadáver arrojado en un zanjón del cementerio. Murió así quien
paradójicamente participara con gran éxito en 22 combates contra fuerzas
extranjeras.
RONDEAU, José Casimiro (general). Buenos Aires
1773. Dejó sus estudios de Teología para incorporarse tempranamente a la
carrera militar. Se desempeñó en el Regimiento de Blandengues en Montevideo,
participando desde 1797 en acciones contra los portugueses y los indios
charrúas.
Con motivo de la invasión inglesa al Río de la
Plata, le tocó caer prisionero y ser trasladado a Europa, hallando su libertad
con motivo del fracaso de la segunda invasión en 1807.
Prosiguió su carrera de armas en España,
regresando a Buenos Aires, al tiempo que se producía la gesta emancipadora.
Se unió al ejército patriota en marzo de 181
con el grado de Teniente Coronel, siendo designado, pocos días después, jefe de
todas las fuerzas revolucionarias en la Banda Oriental.
Luego de los combates de Las Piedras, Rondeau
inició el sitio de la ciudad de Montevideo, donde resistían los realistas al
mando del gobernador Francisco Javier de Elío.
Cabe destacar que, a su regreso a Buenos Aires
en diciembre de 1811, le tocó reprimir el motín del Regimiento de Patricios,
conocido también como el Motín de las Trenzas.
El triunfo en la batalla del Cerrito le
permitió lograr el ascenso a general y luego, ya como brigadier, reemplazó al
general San Martín en el Ejército del Alto Perú.
Su lugar en el comando de las fuerzas
sitiadoras de Montevideo, recayó en Carlos de Alvear, tocándole a éste todos
los honores y laureles con motivo de la caída de la plaza, Rondeau, luego de
dos años duros y sacrificados de guerra, fue relegado por disposición del
Director Supremo Gervasio Posadas, tío de Alvear. A consecuencia de la
sublevación del 5 y 6 de abril de 1815 en Fontezuelas contra la autoridad del
Director Supremo Alvear, se producirá la caída de éste y su reemplazo en el
cargo por Rondeau.
Nuevamente ocupó este cargo en reemplazo de
Pueyrredón cuando se dictó la Constitución Unitaria de 1819, aunque fue
depuesto por el Cabildo de Buenos Aires y posteriormente derrotado por los
caudillos López y Ramírez en la batalla de Cepeda el 1° de febrero de 1820.
En 1826, sustituyó al general Martín Rodríguez
en la jefatura del Ejército de Observación en la Banda Oriental, aunque
nuevamente fue reemplazado en el cargo, como doce años antes por el general
Alvear, esta vez por disposición del Presidente Rivadavia.
Terminada la guerra con el Brasil, fue Ministro
del gobierno de Manuel Dorrego y electo primer gobernador interino de la nueva
República Oriental del Uruguay.
Falleció el 28 de febrero de 1844, cuando
resistía el asedio de Montevideo por las fuerzas de Oribe. Sus restos descansan
en el Panteón Nacional de Montevideo.
SARANDÍ (batalla de). En su marcha libertadora
Lavalleja y sus milicianos arribaron a un arroyo llamado Sarandí, donde
enfrentaron las tropas del coronel Bentos Manuel Riveiro. Esta batalla fue de
las más decisivas en la Banda Oriental por las consecuencias que la acompañaron
ya que los orientales quedaron dueños del territorio y el gobierno de Buenos
Aires definió abiertamente su apoyo a la campaña de Lavalleja.
El combate presentó la particularidad de que
los soldados patriotas sorprendieron cargando a sable al enemigo antes que
usaran sus carabinas.
Poco tiempo después, una de las goletas
incorporadas a la escuadra del almirante Brown llevó el nombre de Sarandí en
honor de esta victoria.
SERRANO, José Mariano (doctor). Chuquisaca
1788. Se recibió de abogado en la universidad de Charcas y fue representante
del pueblo de Chuquisaca en la Asamblea Constituyente de 1813. Junto a Gascón,
Medrano, Anchorena y Saenz, fue autor del Estatuto Provisional confeccionado en
1815.
En el Congreso de Tucumán de 1816 fue diputado
por Charcas y tuvo la memorable tarea de redactar el Acta Declaratoria de
nuestra Independencia. Es de destacar que dicha Acta fue difundida también en
Aymará y Quichua, cuya traducción se le encomendó al doctor Serrano.
Nuevamente fue representante de su pago natal
en la Asamblea Constituyente del Alto Perú. También le tocó redactar el Acta de
Independencia de Bolivia el 6 de agosto de 1825.
Falleció en 1852 cuando ejercía la Suprema
Corte de Justicia de Bolivia.
SOLER, Miguel Estanislao (general). Buenos
Aires 1783. Se incorporó en 1796 como cadete en el Regimiento “Fijo de Buenos
Aires”. Asistió a la defensa de su ciudad contra los ingleses en 1806 y 1807.
Participó en la represión de la rebelión encabezada por Martín de Alzaga el 1°
de enero de 1809 y adhirió fervorosamente al movimiento emancipador de mayo de
1810.
Se destacó en el asedio a la plaza de
Montevideo, al mando del Regimiento de Pardos y Morenos y fue decisiva su carga
de bayonetas, que posibilitó el éxito en el combate del Cerrito.
Con la caída de Montevideo el 23 de junio de
1814, fue nombrado gobernador interino de la provincia de la Banda Oriental,
alcanzando rápidamente el grado de Coronel Mayor.
Actuó en las acciones que tuvieron por
consecuencia la caída de Alvear en el cargo de Director Supremo.
Ya como general, colaboró intensamente con San
Martín en la organización del Ejército de los Andes y en la campaña libertadora
de Chile. Su desempeño en la batalla de Chacabuco fue destacable, aunque sus
discrepancias con O Higgins motivaron su regreso a Buenos Aires.
Después de la batalla de Cepeda, el 5 de
febrero de 1820, Soler fue designado general en jefe del Ejército Exterior de
la Capital y estableció su comando general en Puente Márquez. Los resultados de
Cepeda derivaron en el acuerdo refrendado por Estanislao López, Francisco
Ramírez y Sarratea, en representación de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos
y Buenos Aires respectivamente, conocido como Tratado de Pilar.
Al asumir la presidencia Rivadavia, Soler fue
nombrado Inspector y General en jefe de todas las fuerzas de la provincia de
Buenos Aires. También como 2° jefe, después de Alvear, en el Ejército
Republicano en guerra contra el Brasil. En la batalla de Ituzaingó ocupó la
línea izquierda de las fuerzas vencedoras, pero pronto sus discrepancias con
Alvear, lo relegaron a tareas de apoyo logístico.
Con la caída de Rivadavia, se retiró a la vida
privada, sin tener, en los años posteriores la actuación saliente de los
primeros años de la patria. En 1849 falleció de pulmonía.
THOMPSON, Isaac (coronel). Buenos Aires 1783. A
las órdenes del general Domingo French, partió al Ejército del Norte en 1815.
Dos años después pasó a revestir con el grado de Capitán en el Ejército de los
Andes, actuando en Cancha Rayada, Maipú y Bío-Bío. En 1827 ya con el grado de
Teniente Coronel pasó a integrar el ejército en operaciones de guerra con el
Brasil. Junto a Lavalleja sirvió en diversas expediciones y a su regreso a
Buenos Aires participó con Lavalle en el Motín del 1° de diciembre contra el
gobernador Dorrego.
Estuvo en la batalla de Puente Márquez y
remontando las costas del Paraná, contrarrestando las montoneras federales en
la Goleta Sarandí de la escuadrilla de Rosales.
Emigró al Uruguay y prosiguió con Lavalle la
campaña contra Rosas y los caudillos federales.
THORNE, Juan B. (coronel). Nueva York 1807. Su
profesión era de marino y realizó diversos viajes por el mundo. En 1825 se
radicó en Argentina y se incorporó a la armada nacional.
En la guerra con el Brasil participó en la
defensa de Carmen de Patagones, base naval republicana, en el navío Chacabuco.
En una acción de corso resultó prisionero y trasladado a Río de Janeiro, siendo
liberado una vez finalizada la guerra. Actuó en la campaña al Desierto que hizo
Juan Manuel de Rosas, remontando el Río Colorado.
Prosiguió su carrera militar siempre en la
armada, prestando servicios en logística y transporte en el bando del brigadier
Rosas.
El 15 de septiembre de 1845 fue nombrado
Comandante en Jefe de la batería “Manuelita”, en el combate de la Vuelta de
Obligado, teniendo una destacada actuación y resultando seriamente herido en la
ocasión. Falleció en Buenos Aires en 1855.
TREINTA Y TRES ORIENTALES. Lavalleja, ayudado
por Rosas, Anchorena, Terrero, Dorrego y otros miembros del grupo federalista
de Buenos Aires emprendió junto a 32 compañeros la campaña libertadora de su
patria, la Banda Oriental, ocupada por el invasor portugués. El 19 de abril de
1825 partiendo de la Costa de San Isidro en dos chalanas, arribaron a la playa
de la Agraciada, en la costa del arroyo Gutiérrez.
La expedición estaba compuesta por treinta y
tres hombres, de los cuales once eran argentinos. Fueron ellos: el coronel y
jefe de la fuerza Juan Antonio Lavalleja; los mayores Manuel Oribe, Pablo
Zufriategui y Simón del Pino; los capitanes Manuel Lavalleja, Manuel Freire,
Jacinto Trápani y Gregorio Sanabria; los tenientes Manuel Meléndez, Atanasio
Sierra y Santiago Gadea; el alférez Pantaleón Artigas; el cadete Andrés
Spikerman; el sargento Juan Spikerman; el cabo 1° Celedonio Rojas y el baqueano
Andrés Cheveste. Además componían la expedición, los soldados Juan Ortiz,
Avelino Miranda, Carmelo Colman, Santiago Nievas, Miguel Martínez, Juan Rosas,
Tiburcio Gómez, Ignacio Núñez, Juan Acosta, José Leguizamón, Francisco Romero,
Norberto Ortiz, Luciano Romero, Juan Arteaga, Dionisio Oribe y Joaquín Artigas.
En la Agraciada, se incorporó el capitán Basilio Araujo.
TROLÉ. Domingo Edmundo (coronel). Nació en
Francia y había desarrollado su carrera militar en los ejércitos de Napoleón.
Llegó a América en 1826, siendo recomendado por el general Lafayette a
Rivadavia.
Se sumó al ejército en operaciones en guerra
contra el Brasil, en el área que era su especialidad, el cuerpo de ingenieros,
sirviendo en la construcción de puentes de uso militar.
Fue uno de los oficiales franceses que
participaron en el bando patriota y a él le cupo despedir los restos mortales
de su compatriota, el coronel Federico Brandsen.
Participó luego en la campaña de Lavalle en
territorio argentino contra el gobernador federal Manuel Dorrego y acompañó al
jefe unitario en su gestión de gobierno hasta su caída.
Conjuntamente con don Juan Andrés Gelly, tuvo
la misión encomendada por Lavalle de entrevistarse con el general San Martín en
Montevideo, cuando el Libertador se aprestaba a viajar autoexiliado a Europa.
El propósito era persuadirlo de no concretar tal decisión, aunque el resultado
fue negativo.
En 1830 con el grado de coronel, obtuvo la baja
del servicio.
VEGA, Niceto (coronel). Buenos Aires 1799. De
muy joven como tantos otros patriotas de entonces dejó sus actividades
habituales, en su caso el comercio y se enroló como cadete en las fuerzas que
sitiaban Montevideo en 1814.
En 1816 ya con el grado de teniente se
incorporó en Mendoza al Ejército de los Andes, asistiendo a las batallas de
Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
En 1820 se embarcó hacia el Perú en la campaña
libertadora, sirviendo a las órdenes del general Arenales.
Como Teniente Coronel del Regimiento N° 16 de
Lanceros, participó en las batallas del Ombú, Ituzaingó, Camacuá, Yerbal y
Potreros del Padre Filiberto, alcanzando el grado de coronel.
Finalizada la guerra participó en el Motín del
1° de diciembre de 1828, contra el gobernador Dorrego y en las acciones de
Navarro, días después. Estuvo en el combate de Puente Márquez el 26 de abril de
1829, siempre junto a Lavalle, frente a las fuerzas federales de Rosas.
Acompañó al jefe unitario cuando éste se
entrevistó con Rosas el 24 de agosto de 1829 y que concluyó con la firma del
Pacto de Cañuelas y el de Barracas.
Nuevamente en 1839 acompañó a Lavalle en su
Ejército Libertador, cuando penetraron en territorio entrerriano.
Asistió a los combates del Tala, Navarro,
Cañada de la Paja y más tarde, el 28 de noviembre de 1840, en Quebracho Herrado.
Falleció el 24 de mayo de 1841 estando en
campaña en Salta.
VIDELA, José María (coronel). Buenos Aires
1791. De joven se le conocieron actividades comerciales en el pueblo de Las
Conchas y con motivo de las invasiones inglesas se alistó en las fuerzas de
defensa comandadas por Santiago de Liniers, tanto en 1806 como en 1807.
Años más tarde, en la guerra por la
independencia integró el Regimiento Colorados de las Conchas, con el grado de
subteniente.
En 1820 como Capitán Comandante de la 1°
Campaña del Escuadrón de Colorados participó en la defensa de Buenos Aires
contra la expedición de Alvear y junto al coronel Dorrego se halló en la toma
de San Nicolás el 2 de agosto. Luego le siguieron los combates de Pavón, el
Gamonal y Coronda, éste último en Entre Ríos frente a Francisco Ramírez.
En 1824 con su Regimiento de Colorados de las
Conchas, del cual ya era comandante, participó en diversas campañas contra el
indio en la provincia de Buenos Aires. Sobre la base de ese regimiento en la
guerra con el Brasil, formó el Regimiento llamado “Colorados de Línea”.
Estuvo con Lavalle en el combate de Bacacay,
Ituzaingó, Camacuá y Potreros de Padre Filiberto, por lo que obtuvo el grado de
coronel. Siguió con el jefe unitario actuando en el combate de Navarro, que desembocó
en el fusilamiento de Manuel Dorrego y en la campaña en Entre Ríos.
En 1840 participó en las acciones contra Rosas,
en las proximidades de Puente Márquez, tocándole replegar sus fuerzas hacia
Luján, en tanto Lavalle lo hacía rumbo a San Antonio de Areco.
Sufrió una terrible derrota a mano de las
fuerzas federales comandadas por Oribe en San Cala, en enero de 1841 y
finalmente por orden del mismo Oribe, murió degollado en Salta el 3 de octubre
de ese año.
ZUFRIATEGUI, Pablo (coronel). Montevideo 1783.
Participó él también desde muy joven en las acciones de la guerra de Corso
contra los ingleses, en buques españoles. Con motivo de los sucesos de mayo de
1810, se sumó a las filas patriotas combatiendo junto a José Artigas.
Fue declarado Benemérito de la Patria en grado
heroico por haber asistido a las acciones navales en el Río de la Plata, a las
órdenes del almirante Guillermo Brown que concluyeron exitosamente con la caída
de la plaza de Montevideo.
En 1820 marchó con Alvear en la campaña sobre
Buenos Aires, actuando en los combates de Cepeda y Cañada de la Cruz. Fue
tomado prisionero por Dorrego en las acciones de San Nicolás, el 5 de agosto de
ese año.
El 19 de abril de 1825 con el grado de Mayor
formó parte de la expedición libertadora de los 33 Orientales que, a las
órdenes de Lavalleja, iniciaron la rebelión contra la ocupación luso-brasileña
en la Banda Oriental.
En el marco de la guerra contra el Brasil, se
desempeñó en varias acciones de armas, procurando defender la ciudad de
Montevideo del ataque imperial.
En 1829, el gobierno provisorio del nuevo
Estado del Uruguay, lo nombró Capitán del puerto y en tal carácter le tocó
despedir al general San Martín, que un 17 de abril dejó definitivamente
territorio americano para exiliarse voluntariamente en Europa. Falleció en su
ciudad natal en mayo de 1841.